“No tengo palabras para definir esta locura” Tom Dumoulin
Narre el día en que se convirtió en el primer neerlandés en conquistar el Giro. —-Me levanté tranquilo. La jornada anterior hice un gran esfuerzo y dormí muy bien. Desayuné contento, no estaba nervioso. Mis compañeros me ayudaron a sobrellevar la tensión. Durante la crono no quise saber las referencias, pero, de repente, me dijeron por la radio que no tomara riesgos. En la meta, todo el mundo me felicitó. Sin embargo, al llegar a la zona de podio, la tele sólo señalaba tres segundos de margen entre Nairo y yo. ¿Por qué leches me daban la enhorabuena y la RAI ponía eso? Luego comprobé que se trataban de tiempos virtuales con el GPS. No obstante, me puso atacado. Y, cuando al fin Quintana no podía conmigo, exploté de alegría. No tengo palabras. Vivo un sueño, una locura. —-¿Cuándo pensó que podía alcanzar la maglia rosa? —-En Oropa. Con el liderato en mi mano, tras conseguir una ventaja importantísima en la crono de Montefalco, logré más diferencias con los rivales en su propio terreno. No vine con la idea de ganar la general, sino con la de subir a algún peldaño del cajón de Milán.
—-¿Su peor momento fue el apretón camino de Bormio?
—-Ahí llevaba buenas piernas, fue un accidente que afortunadamente he superado. Entraré en la historia con este Giro 100 y una cagada en la cuneta, con perdón. Padecí más en la etapa de Piancavallo. De mi experiencia en la Vuelta saqué en claro que debía regular y conservar la calma hasta la contrarreloj, que jugaba a mi favor.
—Con su primer Giro se le puede considerar ya entre los favoritos a cualquier grande. ¿Qué le parecen las comparaciones con Miguel Indurain? —-Indurain está cinco pasos por delante de mí, al menos. Gente como Bradley Wiggins, también. No me quiero comparar con ninguno de ellos, simplemente disfrutar de lo que he conseguido. —¿Dónde residió la clave de su triunfo? —-Nunca he sido un buen escalador, nací en Maastricht. Por eso tenía que entrenarme mucho más y hacer concentraciones en altura en Tenerife. En definitiva, sufrir. Perdí dos o tres kilos (su peso ronda ahora los 68-69).
Parecido “Indurain está cinco pasos por delante de mí, al menos”