Alonso lo volverá a intentar

La maldición se traslada a Estados Unidos. El piloto cumple, la máquina falla. Fernando Alonso ha deslumbrado en Indianápolis y, de nuevo, un motor Honda le ha traicionado. No tocaba esta vez porque el propulsor de la Indycar nada tiene que ver con la Fórmula 1, pero la realidad es que una avería ha acabado con el sueño del piloto asturiano y de todos sus seguidores: verle celebrar con leche una victoria en esta carrera legendaria llamada 500 Millas de Indianápolis . Aquello de que el resultado es lo de menos nunca es cierto, sin embargo su actuación sí que es un consuelo inmejorable para la decepción del abandono. Como debutante el desafío era mayúsculo pero no tanto como para desarbolar a un piloto que parece capaz de todo... incluso de sobreponerse a semejantes disgustos.

Porque es evidente que, ahora más que nunca, Alonso lo volverá a intentar. Ha refrendado lo que muchos ya sabíamos, que tienen talento y capacidad más que sobrados para triunfar en esta categoría. Ya no es una especulación, es una realidad. Lo avala que le hayamos visto líder y con opciones de imponerse en la meta hasta que su motor dijo basta. Pero es que además, ya lo decía en la víspera, se le ha visto feliz. Estoy convencido de que este domingo ha disfrutado más que en los tres últimos años en los grandes premios. Adelantando, peleando, soñando... Eso es lo que busca, lo que anhela, un piloto ganador como él y cuando se carece de ello el reencuentro es un festival de sensaciones gratificantes. Y Fernando no parará hasta conseguirlo. Será en 2018 o cuando toque, pero será...