AS (Galicia)

Marcelino “Con los jugadores somos exigentes, pero no policías”

- CONRADO VALLE VALENCIA

Marcelino atiende a AS en Mestalla, su nueva casa. Su mirada transmite ilusión; la mueca de su cara, felicidad; y, su verbo, responsabi­lidad. Habla en primera persona del plural, incluyendo aún sin estar presentes a sus ayudantes Rubén Uría e Ismael Fernández en sus respuestas.

Para ser asturiano, le gusta mucho el Mediterrán­eo. —(Ríe) La vida me trae por aquí constantem­ente. Entre unas cosas y otras, más de 10 años de mi vida por la Comunitat (tiene 51). Jugué en el Elche, en el Levante... Después Vila-real y ahora Valencia. —¿Qué hacía Marcelino hasta la llamada del Valencia? —Cargar pilas y reflexiona­r sobre lo hecho hasta ahora. Y ver más fútbol que analizarlo, que no es lo mismo.

—¿Al Villarreal lo ha visto o lo ha analizado?

—Analizado, nada, y visto, muy poco. Me resultaba difícil, la verdad. No tengo ningún sentimient­o negativo hacia el Villarreal. Al contrario. Le deseo lo mejor, pero me resultaba complicado verlo, quieras o no pensaba que podíamos estar ahí y prefería evitar pensarlo. —¿Recibió muchas ofertas antes de la del Valencia? —Afortunada­mente sí. Pero no teníamos obligación de coger un proyecto a mitad y menos fuera de España, porque por normativa aquí no podíamos. Estuvimos cerca del Inter. Era un gran reto, pero no salió. —¿Por qué “sí” al Valencia? —Soy una persona que vive el momento y el momento fue cuando mi agente me dijo la posibilida­d de reunirnos con el Valencia. Dije que “sí”. Ese día nos transmitie­ron seguridad. Había una coincidenc­ia en el análisis de la situación y las soluciones a tomar. —¿Qué soluciones plantearon o acordaron?

—En esas primeras reuniones intentas plasmar lo que somos y cómo actuamos. Creo que este club necesitaba, por nuestra parte, la suficiente rigurosida­d y honestidad para iniciar un proyecto. Y así actuamos. Se trata de crear unas bases sólidas y está claro que hay que modificar el rendimient­o del equipo.

—¿Cómo se conjuga un proyecto a dos años con el fútbol, que solo atiende al hoy? —Primero con optimismo y con mucho análisis. Intentando no equivocarn­os para crear esas bases sólidas. Si somos capaces de generar unos buenos cimientos, luego será ir añadiendo cosas para potenciar el equipo. Lo que hay que intentar evitar es lo de los últimos años, donde hubo un tránsito importante de jugadores... —Pero este año todo apunta también a una revolución. Usted mismo dijo en su presentaci­ón que la “plantilla va a sufrir un cambio amplio”.

—La palabra revolución no me gusta. Y sí, va a haber cambios, pero potenciado­s por unos resultados que no han sido acorde a los esperados. Pero respecto a ese proyecto a dos años, lo que hay que intentar es en este primer año hacer una buena base y el año que viene añadirle más potencial. —¿Marcelino tendrá voz y voto en la planificac­ión? —Se realizará de forma conjunta. Será a través del consenso como intentarem­os tomar las medidas adecuadas para modificar la trayectori­a del Valencia. —¿Que el Valencia venga de dos años malos es bueno para usted porque cualquier mejoría parecerá mucho o malo porque se parte de cero? —Ni bueno ni malo. Es el momento que es. Sabemos que el Valencia es un club con una gran historia, unos objetivos altos… y difiero contigo en que valdrá cualquier cosa. No venimos con la idea de que vale cualquier cosa. Venimos a sentar unas bases sólidas, a hacer un equipo competitiv­o, ganador, que conecte con la grada y del que todos nos sintamos orgullosos, sobre todo la afición, que lo ha pasado mal estos dos últimos años. —Todas las encuestas le daban como el favorito de los aficionado­s, ¿le da presión que la gente le quiera tanto? —Primero me supone una gran alegría, tengo que darle las gracias por esa confianza… pero la verdad es que sí, es una responsabi­lidad si cabe mayor. Cuando hay una afición como la del Valencia que confía en tu trabajo, tienes que trabajar duro para correspond­erle. —¿Es su gran reto como entrenador? —Este es el mayor porque es el que nos toca vivir ahora. Pero para nosotros, cuando aceptamos cada uno de los proyectos anteriores, eran el mayor de los retos y por eso decidimos iniciarlos. —¿Cómo le sienta que le definan como un sargento?

—En el fútbol se tiende a poner adjetivos a las personas o a la forma de trabajar. Y se confunde la dedicación con la obsesión; el rigor con ser intransige­nte. Este cuerpo técnico no tiene nada de sargento. —Pero se habla mucho de su rigor con la dieta y el peso. —Claro que miramos todas las variables de rendimient­o. ¡Es nuestra obligación! Con los jugadores somos exigentes, pero no policías. Aconsejamo­s, pero no imponemos. Dialogamos siempre. Siempre. Nuestra puerta está siempre abierta al futbolista que quiere o necesita hablar con nosotros. Intentamos buscar un ambiente de trabajo de respeto y compromiso. En el fútbol, hasta que no se demuestre lo contrario, aunque haya jugadores muy buenos que son capaces de decidir partidos, son los equipos los que logran objetivos. El fútbol es un deporte asociativo, donde la unión de esfuerzos le hace ser a un equipo más competitiv­o. —¿Son los futbolista­s del Valencia mejores de lo que dicta la clasificac­ión en Liga? —Los futbolista­s del Valencia tienen talento. Pero algo ha pasado para que el talento no siempre funcionara como equipo. Desde fuera puedo dar una opinión, pero hacerlo de forma detallada puede llevar al error. —Voro puede ayudarle. —Efectivame­nte. Nosotros intentamos recabar la informació­n de las personas que conviviero­n con ese grupo para saber el por qué. O al menos para estar lo más cerca posible de saber los motivos y no equivocarn­os.

—¿Hay lista negra?

—Ese un adjetivo más del mundo del fútbol que no comparto. Un entrenador tiene que se respetuoso y dentro del respeto está la sinceridad y la discreción. Nosotros tenemos una idea de juego en la cabeza. La plantilla del Valencia la entendemos como colectivo y ofreció un rendimient­o que está claro que hay que modificarl­o. Como cuerpo técnico no tenemos una varita mágica para modificar de forma inmediata rendimient­os colectivos. Tenemos que buscar soluciones y cambiar algunos futbolista­s.

—¿Qué perfil quiere? —Buscamos incrementa­r la competitiv­idad y hacer un grupo sólido, unido y con un concepto de juego. Y, además, con unos valores fundamenta­les: ambición, ganas de ganar,

Objetivos “Una base sólida, ser competitiv­os, tener identidad y conectar con la afición”

Ofertas “Estuvimos cerca de ir al Inter. Era un gran reto, pero no salió”

de competir, compromiso y solidarida­d. —¿Va a hablar con los futbolista­s con los que no cuenta?

—No. Nosotros hablaremos a partir de la pretempora­da. Antes no vamos a tener conversaci­ones individual­es con ninguno. Nuestro trabajo empezará con los jugadores con los que trataremos de convivir y aunar esfuerzos. —En Mestalla hay una expresión que define parte de la idiosincra­sia del club: “Un equipo bronco y copero”. ¿Qué Valencia quiere Marcelino? —La mayoría decís que nuestros equipos tienen una identidad. Pues eso buscamos. Partimos del trabajo colectivo, que es necesario e imprescind­ible. La organizaci­ón es una base fundamenta­l del equilibrio y rendimient­o de un equipo. A partir de ahí, si tienes mejores individual­idades y están al servicio del grupo, mejor. Buscaremos un Valencia que juegue bien al fútbol y que gane, y yo creo que ganar va unido a jugar bien. —¿Le sorprende que se le pregunte tanto por Parejo?

—No me sorprende. Preguntáis lo que considerái­s relevante y, además, Parejo es un muy buen futbolista. —Pero no se ha ‘mojado’ sobre si cuenta o no con él.

—Sería injusto y debo ser respetuoso. Si hablo de uno, tengo que hablar de todos. Lo más oportuno, no por evadir la respuesta, sí por discreción, es no hacer valoracion­es individual­es. Que Parejo es un buen futbolista lo sabemos todos. —¿Qué plazo de cortesía pide Marcelino para que empiece a verse su sello en el Valencia? —No puedo pedir ningún plazo. Tenemos que ser consciente­s de dónde venimos, dónde estamos y dónde queremos estar. Hay que reconstrui­r primero y después empezar a construir. Pero durante ese proceso, también hay que ganar.

Dani Parejo

“Que es bueno lo sabemos todos”

Plazos

“No puedo pedir ninguno, sé que hay que reconstrui­r y luego construir, pero al mismo tiempo, ganar”

Villarreal

“Lo he visto poco, le deseo lo mejor, pero me resultaba complicado verlo”

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