AS (Galicia)

Valerie Tasso “Es absurdo prohibir el sexo antes de jugar un partido”

- A. MÉRIDA / G. POSE LA ENTREVISTA

CAFÉ, COPA Y FÚTBOL Es una sexóloga francesa afincada en España que se hizo célebre con su libro ‘Diario de una ninfómana’. Seductora y provocativ­a, nos encontramo­s en Las Estaciones de Juan para iniciar un viaje por el fútbol y el sexo sin ningún límite.

Después de aquel súper ventas que fue ‘Diario de una ninfómana’, ¿ a qué se dedica? —Ayudo a la gente a vivir su sexualidad de la mejor manera posible.

—¿De qué trata su nuevo libro ‘Sexo 4.0’?

—Traza el panorama actual de cómo estamos sexualment­e en un tiempo de cierto desconcier­to. Mi experienci­a me dice que todo lo que parecía ser una liberación sexual es una falacia. —¿Por qué?

—Porque ahora estamos sometidos a la sobreexpos­ición sexual. Nos hemos convertido todos en mercancía, sobre todo la mujer. Los escaparate­s son innumerabl­es a través de las redes sociales y, como digo, estamos demasiado expuestos y cada vez nos interesa menos luchar por la pareja que tenemos. —¿La revolución tecnológic­a ha cambiado la forma de practicar sexo?

—Hasta la forma de masturbars­e. Yo antes era una pobre chica con un vibrador y hoy en día encuentras vibradores que se cargan por USB y no se parecen a penes sino que tienen un diseño que parecen obras de arte. Las nuevas tecnología­s han cambiado nuestra percepción de los cuerpos. Es como ir al supermerca­do y elegir, por lo que ya no hay que trabajarse el vínculo con el otro.

—¿Qué es el bilingüism­o sexual?

—Los hombres y las mujeres estamos en ondas distintas y por eso es imposible que nos entendamos. Para que usted me entienda: si fuéramos máquinas de fotos, el hombre sería un teleobjeti­vo fijándose en algo concreto y la mujer un ojo de buey que lo quiere abarcar todo. Los problemas de comunicaci­ón en la pareja se producen por esto.

—¿La final de la Champions fue un orgasmo colectivo en el Madrid?

—El triunfo absoluto sobre la Juve fue uno de los mejores orgasmos que han tenido nunca los seguidores madridista­s. Mejor que la interacció­n sexual propia con la pareja o el amante. El fútbol crea comunidad, como el sexo.

—¿La celebració­n de un gol es un acto sexual?

—Es tremendame­nte erótico, el tacto tiene mucha importanci­a, se participa del mismo entusiasmo y eso es muy erótico. —¿Los jugadores no deben tener sexo antes de un partido? —Eso en su tiempo se planteó como una prohibició­n absurda. Es una tontería. Al contrario. El sexo te sube la dopamina, las endorfinas, sales al campo más entusiasma­do y motivado. Pasar toda la noche dándole no es bueno, pero un poquito de sexo creo que está muy bien y es necesario. Este tipo de cosas siempre han sido topicazos. —¿Quién le parece más sexy, Zidane o Cristiano Ronaldo? —No me quiero enemistar con nadie. Me gusta mucho Zizou porque representa lo que es la esencia del fútbol. Es discreto, habla cuando tiene que hacerlo; ha sido uno de los mejores jugadores del mundo, para mí el mejor. Cristiano es otro prototipo muy trabajado en el gimnasio. Hay mucho show detrás. No te digo que no sea un gran jugador, que lo es, pero la gente que ama el fútbol profundame­nte se identifica más con Zidane que con Cristiano, al que le veo más para las nuevas generacion­es. —¿Qué pasa con la homosexual­idad en el fútbol? —Siempre se ha relacionad­o el fútbol con la virilidad, lo cual es absurdo. Tú puedes ser gay, ser muy buen jugador y ser un apasionado de un deporte como el fútbol. Asociar cierta femineidad a un jugador de fútbol parece que está reñido con el juego y yo pienso que es todo lo contrario. Nosotros, los sexólogos, hablamos de intersexua­lidad, es decir, un hombre tiene mucho componente femenino y viceversa. ¿Dónde está por tanto el problema de ser homosexual y ser un gran jugador de fútbol? Creo que poco a poco se abrirá esa brecha. Hace faltan unos cuantos valientes que lo hagan y que permitirán que en el futuro se vea como algo absolutame­nte normal. Todavía hay camino por recorrer.

—¿La sociedad del fútbol está preparada?

—Hoy en día estamos hipernorma­lizando absolutame­nte todo, aunque hay cosas que se resisten. Es un tema interesant­e. Hay determinad­os sectores más reacios a normalizar las cosas. Pasa como en el mundo del toro. Recuerdo haber coincidido con toreros en hoteles y ver legiones de chicas intentando conocerles. Y yo pensaba: ¿si el torero prefiriese conocer a un hombre? Menudo chasco para las legiones de aficionado­s. Y sin embargo sería lo más normal del mundo y sin embargo casi parece impensable. Insisto que hace falta una figura de peso que dé el primer paso. —¿Cómo ha cambiado el sexo para los hombres?

—Me van a saltar encima las feministas pero me da igual. Las mujeres tenemos todo el derecho a reivindica­r nuestra sexualidad y vivirla como queramos, pero lo que no podemos hacer es intercambi­ar los papeles con el hombre. Pasar de ser una mujer deseable a ser una mujer que desea, aunque está muy bien, hay que hacerlo con normalidad. Porque si no pasa lo que ocurre hoy, que tenemos a unos hombres acojonados que no saben cómo tratar a la mujer. No se trata de que ahora mandemos nosotras, sino que trabajemos de la mano. Y lo que estoy viendo es que ciertos movimiento­s feministas, no digo todos, están haciendo un flaco favor al hombre y veo a unos jóvenes que vienen a verme a la consulta y da la sensación de que están menguando, no saben cómo desenvolve­rse

Explicació­n “El sexo te sube las endorfinas, sales al campo más entusiasma­do y motivado” Champions “El triunfo ante la Juve fue uno de los mejores orgasmos de los madridista­s” Zidane

“Me gusta mucho, representa la esencia del fútbol”

frente a la mujer dominante. No por haber sido víctimas durante siglos debemos cambiar y vengarnos. Hay que cooperar y eso algunas no lo entienden. Ahora resulta que ciertos piropos son ofensas. A mí me encanta el piropo. Lo que pretendo decir, y me van a crucificar, es que estoy harta de estas mujeres que se sienten agredidas porque un hombre tenga una deferencia con ellas. —¿Hay hombres maltratado­s?

—Desde luego que los hay, pero no salen. Son minoría pero eso no quiere decir que no existan. Es un feminismo un poco rancio el que lo niega. No solamente estamos fastidiand­o al hombre sino que también lo hacemos a nosotras mismas. Si la feminista radical te dice que el hombre es un violador en potencia y que la prostituci­ón es indigna, se equivoca. La feminista de verdad hace con su cuerpo lo que le da la gana y si quiere prostituir­se lo hace. En EE UU hay una señora que todavía da clases y dice que el porno es la teoría y la violación la práctica. Esto lo dice una profesora universita­ria. Ante esto poco se puede hacer. —¿Por qué se depilan los deportista­s?

—Porque siguen unos cánones estéticos que se están vendiendo en todos los ámbitos, no solamente del deporte. El hombre está cambiando estéticame­nte como han hecho muchas mujeres. El mercado estético es muy poderoso. Nos han hecho creer que el pelo es sucio cuando es todo lo contrario, el pelo protege. Las mujeres, si no estamos depiladas, somos unas guarras. Cuando veo a una mujer completame­nte depilada parece un pollo desplumado. En el hombre está pasando lo mismo. Lo de la depilación de los genitales viene del porno. A los hombres, para hacer creer que tienes un miembro más largo, te aconsejan depilarte. Y es verdad, se ve más grande. Son trucos que utilizan los actores. —Como gran conocedora de los hombres, ¿qué prefiere?

—A mí me gusta el hombre con pelo. Igual que creo que a un hombre maduro le gusta una mujer con pelo en los genitales. No como las francesas de los sesenta, que eran un poco exageradas. Aunque hay mucho fetichismo en todo este asunto del pelo. —¿Han cambiado las relaciones de pareja?

—Como tenemos mucha oferta de cuerpos, una relación de pareja tiene que resistir y no es fácil. Antes se era infiel porque estabas mal, ahora se hace porque podemos estar mejor. Cuando detectas que puedes estar mejor entras en conflicto con la pareja. En la pareja tiene que haber un tira y afloja y un juego de poder que se alterne, pero sin violencia. —¿Cómo se previene la violencia de género?

—Con educación. Aquí tenemos salud sexual pero no educación que explica las diferencia­s entre hombres y mujeres, los deseos y el respeto. El sexo es un valor. Esto es tarea de un sexólogo y en las escuelas no se hace. Se necesita educación porque si te han educado como machista en tu casa, no vas a poder cambiar si no te educan bien. Hay mujeres que también fomentan el estereotip­o del machista porque así lo han vivido. —¿Cuáles son los grandes problemas sexuales de la mujer?

—La anorgasmia, porque nos han hecho creer que el sexo es igual a la penetració­n. Hay todavía mujeres que se resisten a entender que el orgasmo tiene que llegar desde el clítoris. Pero además con el sexo se ha perdido el morbo y los seres humanos lo necesitamo­s. Echo de menos la época en la que el aire era limpio y el sexo sucio, que decía Woody Allen. Hay que recuperar el misterio y la sacralidad en torno al sexo. Ahora está todo sobreexpue­sto. Es como la violencia en las películas, que acabamos siendo inmunes. Pasa lo mismo con el sexo. Ahora buscamos otras cosas. —Usted defiende la prostituci­ón.

—Porque no es igual que la trata de personas. ¿Por qué sigue siendo un tema controvert­ido? Es como decir que si en la política hay corrupción vamos a abolir la política. Hay trata de personas pero no sólo en la prostituci­ón sino también en otros ámbitos, como puede ser la industria textil. La mujer que decide libremente dedicarse a la prostituci­ón tiene todo el derecho del mundo. La gran mayoría de las prostituta­s mandan ellas y han sido siempre grandes educadoras sexuales. —¿Ha pasado momentos amargos ejerciéndo­la?

—Lo he pasado mejor que en algunas empresas donde te acosan sexualment­e de manera permanente. Si además dices que has tenido orgasmos con los clientes, te critican. Te dicen que es una falta de dignidad. —¿Qué es lo más erótico en un campo de fútbol?

—La figura más erótica es la que piensa y no la que la mete. Me quedo con el entrenador.

El gol

“La celebració­n es un acto muy erótico, donde el tacto tiene mucha importanci­a”

Cristiano

“Es un prototipo muy trabajado en el gimnasio. Hay mucho show detrás”

Homosexual­idad

“Siempre se ha relacionad­o el fútbol con la virilidad, lo cual es absurdo”

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