Contador y Nibali, sigan probando

Froome tiene un equipo muy fuerte. No lo vamos a descubrir ahora. Ya no sorprende a nadie esa forma de correr que tiene. Siempre tranquilo, fijándose en los vatios. Antes, cuando no le conocíamos tanto, parecía que perdía fuelle. Pero ahora ya no es ningún secreto que su manera de subir es así. Da la impresión de tenerlo todo controlado. Cuando atacan los gallos, ya se encargan Poels o Nieve de tapar los huecos. Y cuando sabe que es su momento, entonces arranca y ya no hay nada que hacer. Es muy difícil soltarle. Pero, a pesar de ello, Nibali o Contador deben seguir probando, porque no hay otra forma posible de doblegarle. Hoy, en Hoya de la Mora, la clave estará en intentar neutralizar a la mayor cantidad de efectivos del Sky posible antes de que arranque la subida. Si llega con tres o cuatro gregarios, como suele pasar, es muy complicado hacerle daño. Cuando sufre de verdad es cuando su equipo se desarbola, cuando no tiene a nadie que responda por él, como pasó en El Torcal tras el ataque de Contador.

Por otra parte no creo que esa pérdida de segundos de Contador sea para lamentarse. Ni es significativa ni me parece un error su actitud en el kilómetro final. Quería frenar una sangría mayor de segundos con un corredor al que precede en la general y para el que ayer trabajó el Astana en lugar de para su líder natural: Aru. Querían otra etapa, pero no la consiguieron porque por delante marchaba el polaco Rafal Majka, en solitario, como le gusta ganar en las Grandes. Ya lo hizo así en Risoul, en el Tour de 2014; o en Cauterets ,en el de 2015. Ahora tiene una nueva muesca en su revólver, una que le faltaba a pesar de su podio en 2015, la de la Vuelta a España: La Pandera.