Bojan, un invitado de lujo en la revancha de la Copa
Celta y Alavés todavía no han puntuado en este curso
El presente aprieta, la necesidad empieza a ser urgente y en el futuro está recuperarse de un mal comienzo. Sin embargo, Celta y Alavés no pueden evitar mirar al pasado, recordar aquel mes de enero en el que se disputaron un sitio en la final de Copa. Vencieron los vitorianos, cayeron los vigueses, que ahora piden revancha en su estadio, ese Balaídos a medio reformar donde los albiazules nunca ganaron en Primera División. Quizás hoy sea el día. O quizás no. Lo único obvio es que ambos necesitan puntuar como el respirar. El casillero vacío empieza a pesar demasiado.
Ni Unzué, ni Zubeldía comenzaron con buen pie. Los dos tienen el listón de sus antecesores muy alto y ambos necesitan tiempo para inculcar el cambio de estilo que pretenden. Pero el reloj no para. Y los puntos no llegan. Al final, el resultado siempre acaba dictando sentencia sobre el entrenador de turno, para bien o para mal. Lo positivo es que el mercado les ha traído sobre la bocina lo que reclamaban. A Zubeldía le llegaron Bojan, Munir y Medrán. Los dos primeros, ex culés ambos, serán titulares y su tándem promete tardes de alegría. Especialmente ilusiona la llegada de Bojan, ese niño prodigio que todavía sueña con ser la estrella que todos auguraban. Hoy debuta con su nueva camiseta, un invitado de lujo en la revancha de la Copa.
Emre Mor. Después de ser presentado el pasado viernes en loor de multitudes, el flamante último fichaje del Celta pisará esta tarde el césped de Balaídos por primera vez en partido oficial. Aunque lo hará sentado en el banquillo, porque, como él mismo reconoció, no está para jugar más de veinte minutos. Veremos si le llega para mostrar su potencial.