Un Getafe glotón deja en los huesos al Villarreal
Tres goles en 13 minutos. Doblete de Ángel. Djené, de 10
Todavía debe estar el Villarreal preguntándose cómo pudo recibir tamaña paliza. La respuesta es que Bordalás ganó el partido desde la estrategia, y no sólo porque tres de los goles llegasen a balón parado, sino porque el técnico hizo una lectura previa del partido acertadísima. Cambió su habitual 4-2-3-1 por un 4-42 con sus dos delanteros centro arriba, Molina y Ángel, para presionar y ahogar la salida del balón rival desde la defensa. Le salió bordado, pues además los que la temporada pasada fueron segundo y tercer máximo goleador en Segunda (22 goles y 21), agujerearon la portería del Villarreal.
Cuesta creer que fuese el Villarreal el que tomase la iniciativa, con una ocasión de Mario en el 7'. La trama de Bordalás poco a poco fue cogiendo cuerpo y el Getafe se fue haciendo con el mando del partido. En el 26’, el uruguayo Arambarri lució su imponente disparo (este hombre sólo quiere marcar goles que le den el Premio Puskas), obligando a Barbosa a realizar la primera de sus muchas paradas.
Con un imponente Djené en defensa y en ataque, el Getafe insistió. En el 27’ marcó Ángel, pero el gol fue bien anulado por fuera de juego, y a los tres minutos se pidió penalti en una internada de Amath en la que acabó por los suelos. En el 35’, Molina habilitó a Ángel, pero éste mandó el balón a sus tocayos que andan por el cielo. Seguía el Getafe erre que erre y en el 40’ Barbosa impidió el gol de Bergara sacando una mano milagrosa a ras de suelo. Barbosa, el tercer portero del Villarreal que juega por las lesiones de Asenjo y Andrés Fernández, era el mejor de su equipo.
En la segunda parte, el Getafe se convirtió en una galerna y arrasó al Villarreal. Los goles cayeron en cascada. Ángel, atento, intuitivo y certero marcó de cabeza el primero y el cuarto. Molina puso la guinda a su gran tarde y Bergara se destapó como cazagoles bajo palos.
Y pensar que hace justo un año Bordalás cogió al Getafe penúltimo en Segunda...
Arambarri Sólo le interesa marcar goles dignos del Premio Puskas