Ante el Villarreal y las dudas
Un Atleti sin pegada recibe en casa a un equipo en racha
La primera vez de Simeone frente al Villarreal en el Calderón no tiene nada que ver con la última. O las últimas porque lo mismo da: el Villarreal es rival que siempre se atraganta. Hace 13 partidos que el Atleti no pierde, desde abril. Curioso: el último en ganarle fue el Villarreal, también el último en hacerlo en el Calderón. Más curioso: la última vez que el Atleti perdió a domicilio fue en Vila-real. Hace casi once meses. La piedra en el zapato tiene tamaño Everest.
Un Villarreal que cambió a Escribá por Calleja, primer
entrenador cantera del club. Comenzó con juveniles, estaba en el B, ha recuperado el
juego Pellegrini. Su Villarreal recuerda a áquel, con rombo Rodri (talento que dejó escapar el Atleti), Trigueros-Castillejo-Fornals. Fútbol de ataque, fútbol alegre. Su sino es que sufre cuando pierde el balón.
Y si las puntas del rombo (Rodri y Fornals) son los dos amarillos más destacados, sus delanteros Bacca y Bakambu, antiguos anhelos rojiblancos ambos, son el coco.
El último lleva seis goles en tres jornadas. Sólo uno menos que los cinco delanteros juntos del Cholo desde que comenzó la temporada.
Porque Grizi lleva tres goles, Correa otros tantos, Gameiro uno y Vietto y Torres aún no se han estrenado. Y esa falta de gol es una de las razones de que el Atleti no pierda (sólo el Chelsea en esta temporada) pero tampoco convenza. Ni en juego ni en sensaciones. Con los once de Vigo con algún retoque (la vuelta de Filipe, quizá un cambio de sistema) Simeone intentará eso que tanto necesita: no sólo ganar (como en Vigo), también convencer, como aquel primer partido suyo en el Calderón, ante el Villarreal de 2012. Un 3-0.
Ganar gol, ganar a secas, convencer. Todo lleva a un mismo sitio: a eso que el Atleti no hacía y que ha comenzado a trabajar esta semana, las jugadas ofensivas. Defender su equipo ya ha demostrado de sobra que sabe, ahora toca saber atacar para disipar la bruma.
Y no puede haber un rival mejor que el Villarreal para hacerlo: ganarle una vez sería como dos. Limarle de un mordisco todas las puntas a ese
Everest de zapato en su primer Wanda Metropolitano.
Delanteras
La rojiblanca ha trabajado el gol: mide a Bacca y Bakambu