Vacaciones de veroño en Málaga

El Celta jugó el miércoles en Eibar con los suplentes, al día siguiente realizó una suave sesión de recuperación y el viernes descansó. El único entrenamiento para preparar la visita a La Rosaleda lo completó al sábado. Unzué afirmó en la rueda de prensa previa al partido que no había tenido tiempo para ensayar nada especial para enfrentarse al Málaga. No iba de farol. Su equipo se comportó en los primeros 45 minutos como un turista más que acude a la Costa del Sol para disfrutar del veroño. El único plan fue repetir la jugada marca de la casa del técnico navarro. Los defensas la tocan en horizontal y cuando sienten la más mínima presión se la pasan al portero. Esa estrategia volvió a otorgarle un rotundo triunfo en la posesión y al colista de LaLiga le sirvió para resucitar ante un rival que hizo el ridículo.

Resulta curioso en el estilo de juego que está intentando poner en práctica Unzué el rol que desarrolla Maxi Gómez. Apuesta por un delantero que está cerca del 1’90 y de los 90 kilos de peso, pero sus compañeros nunca lo buscan con balones aéreos. Con este método el uruguayo fue un espectador más durante la primera parte, mientras Aspas se iba desesperando en la banda. El “revolucionario sistema” del nuevo entrenador deja cada día más dudas. Si a eso se suma un bajo nivel individual, hablar de Europa suena a chiste.