En memoria de Manuel Sanchís
Once de mayo de 1966. Son las 20:30 y España entera está paralizada frente al televisor. TVE conecta para ofrecer la final de la Copa de Europa que disputan Partizán de Belgrado y Real Madrid en el histórico estadio Heysel de Bruselas.
La alineación blanca estaba compuesta por Araquistáin, Pachín, Zoco, Pedro de Felipe, Sanchís, Pirri, Velázquez, Serena, Amancio, Grosso y Gento. El denominado equipo de Los Yé-yés. Todos españoles y con Muñoz en el banquillo. El no va más. Tras una primera parte igualada, el Madrid remontó con golazos de Amancio y Serena.
La Sexta ha sido para mí la Copa de Europa más importante. Y así lo debió ser para Manuel Sanchís, un defensa todo pundonor que se entregó al equipo de su vida.
Fue un extraorinario futbolista. Y pionero también. De los primeros laterales que se atrevieron a correr la banda. Con su estilo inconfudible superaba la línea para centrar o infiltrarse. Grande dentro y fuera del campo.
Luego su hijo Manolo Sanchís agrandó aún más la leyenda del apellido. Desde aquí traslado a su familia mi más hondo pesar por el fallecimiento de un gran madridista y una excepcional persona. Gracias por todo, Don Manuel. Descanse en paz. José Luis Cuenca Riaza (Segovia)