“Ángel Nieto hoy sería campeón de MotoGP”
Tomás Díaz-Valdés, el primer enviado de As a los grandes premios, presentó en Valencia su biografía del 12+1, ‘Las curvas de la vida’
—Este libro tenía previsto presentarlo junto a Nieto. ¿Qué se siente al hacerlo sin él?
—Ver a Gelete, a Ezpeleta, a Crivi, a Sito, a Aspar todos emocionados en la presentación del libro fue emocionante para mí. Me derrumbé. Había acordado con él hacerlo, pero me hubiese gustado que hubiera estado en la presentación y, desgraciadamente, no ha estado.
—¿Qué vamos a encontrar en ‘Las curvas de la vida’? —Todas las vivencias. Bien sabes tú que estuve treinta años viajando como viajas ahora por todos los sitios. Entonces no era como ahora... Los pilotos y los periodistas éramos amigos y convivíamos. Cenábamos y comíamos juntos. No se encerraban en un motorhome y se olvidaban del contacto con los medios. Y creo que yo he aportado mi granito de arena, pequeñísimo, en este deporte, porque los que realmente han aportado han sido pilotos como Aspar, pero sobre todo Ángel. Cuando ganó su primer Mundial en Yugoslavia, el único periodista español que estaba allí era yo. Luego al día siguiente llegó Virgilio Hernández Rivadulla, pero ya se había ganado el campeonato.
—Qué tiempos aquellos...
—Me costó Dios y ayuda mandar la crónica con télex. No había los sistemas que hay ahora y me tuve que ir a la central de telégrafos. Cuando llegué a Madrid el martes, con González de Nicolás, y vi la crónica en un cuadrito de la portada... —¿Qué hay del motociclismo de ahora que le hubiera gustado tener en su época? —La seguridad. En 1972, con un juego de Michelin hacían dos carreras y ahora lo usan tres vueltas. Y la informática. Antes el porcentaje moto-piloto era un 40-60 y ahora es 80-20. Ahora hay tres décimas entre un piloto súper y uno que no lo es. —¿De qué hubiera sido capaz en el motociclismo de hoy Ángel Nieto? —Ángel siempre iba a por la mejor moto. Lo había vivido cuando las Kreidler iban más deprisa que las Derbi, y a pesar de eso ganó varios títulos. Estaría en MotoGP, sin duda, y habría sido campeón. Hay que tener hambre, y él tenía mucha. Igual que Rossi, que por eso le gustaba tanto a Ángel. Como Mike Hailwood.
“Me costó Dios y ayuda mandar por télex la crónica de su primer Mundial”