El impulso pasa por la solidez

No soy amigo de apostar, pero si tuviera que hacerlo diría que el Depor marcará en el Pizjuán. De igual modo, apostaría a que no le valdría para ganar. Y es que los coruñeses tienen números ofensivos de media tabla para arriba; tantos goles (17) como el Sevilla, por ejemplo. Pero a la vez sólo hay cuatro equipos que encajen más. En los últimos diez días le hizo dos goles al Málaga, otros tantos al Athletic y tres al Las Palmas en Copa. Valió para una victoria, un empate y una derrota. ¡Con lo que cuesta el gol!

Obviando la anécdota de que hasta ahora sólo se han ganado partidos con el talismán Pantilimon, lo cierto es que el regreso de Rubén ha dado serenidad a una portería que rozaba la demencia. Ahora falta que el equipo, no sólo la defensa, mejore su rendimiento. Que consiga eliminar esa sensación (que es algo más) de que con poco llega para hacerle gol a este Depor. Cristóbal ha conseguido trasladar una idea clara de juego, ha subido la intensidad del equipo, saca rédito del balón parado y los rivales sudan cuando Adrián, Fede Cartabia o Lucas reciben un balón en condiciones. Las chispas entre Arribas y Andone están apagadas y no han llegado a incendio. Ahora falta mejorar atrás. Hacerlo se ha convertido en necesidad, en ineludible obligación si se quiere tomar impulso para no sufrir otro año más.