Del Bosque: “Kubala, líder antes de que se hablara de liderazgo”
La embajada húngara rindió un homenaje al mito
La sede madrileña de CaixaForum vivió ayer una emocionante noche de celebración con la figura de uno de los grandes jugadores de la historia del fútbol. Con ocasión del 90 aniversario del nacimiento de Ladislao Kubala, que fue designado mejor jugador del Barcelona del siglo XX, la embajada húngara en España organizó un acto de conmemoración donde estuvieron presentes el exseleccionador español Vicente del Bosque, el presidente de la RFEF, Juan Luis Larrea, y su director deportivo, Fernando Hierro, y el Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros y Bernaldo de Quirós, además de familiares del propio jugador, como su hijo Ladislao Kubala, y su sobrino, Javier Daucik, entre otros.
“Las nuevas generaciones necesitan conocer mejor ejemplos como los de Kubala, un icono humano que enseñó al mundo que el fútbol puede superar todas las fronteras y rivalidades”, afirmó la embajadora de Hungría en España, Eniko Györi, sobre su compatriota, que nació en Budapest el 10 de junio de 1927 y falleció el 17 de mayo de 2002 en Barcelona a los 74 años.
También elogió su figura Vicente del Bosque. “Kubala era un líder, un líder antes de que se hablase de liderazgo en el futbol. Fue mi seleccionador y era un hombre afable, educado, que era un ejemplo. Alguien que sabía motivar a una plantilla como pocos. Un hombre que le encantaba el balón. Estaba todo el día con un balón bajo el brazo. Fue un hombre que representó muy bien a nuestro país y son importantes iniciativas como ésta, de la embajada, para recordar a uno de los grandes”, dijo Vicente del Bosque, que tras la exhibición de parte de la película Húngaros por el Barça, de Tibor Kocsis, participó en una mesa redonda con Antal Dunai, vicepresidente de la Federación Húngara de Fútbol, y la psicóloga deportiva Inma Puig, moderada por la periodista Mari Carmen Izquierdo.
“Es una emoción muy grande que la gente siga acordándose de él después de tantos años, es muy bonito y llena mi corazón de alegría, porque mi padre fue siempre un ejemplo como persona, además de futbolista”, cuenta Ladislao Kubala, su hijo, que recuerda cómo su casa en Barcelona llegó a acoger hasta 40 refugiados húngaros, que escapaban del régimen soviético.