De Batistuta-Crespo a Costa-Torres
Simeone puede poner el doble nueve que no alineó Bielsa ● Contaría con una poderosa dupla atacante con Griezmann por detrás liberado
Precedente Sería un ataque como el que formó Costa con Falcao
Opciones El Atleti jugaría a la contra, al balón largo, a intimidar...
Diego Costa redebutará con el Atlético el 3 de enero en Copa del Rey ante el Lleida. Una delantera formada por Costa-Torres, con Griezmann por detrás, entraría en el clásico 4-4-2 de Simeone y en varios sistemas. El Niño y Costa están conectando muy bien en los entrenamientos.
Hace unas semanas Gabriel Batistuta calificó de error la decisión de Marcelo Bielsa de no poner juntos en el once titular de Argentina a él y Hernán Crespo. Uno de los grandes debates durante la etapa del Loco Bielsa como seleccionador de la albiceleste fue la no alineación de la dupla de ataque Batistuta-Crespo. “El único que pensaba que no podíamos jugar juntos era el que mandaba, Bielsa. Se lo dije en varias oportunidades. Fue fiel a su idea, pero cometió un error. Nadie hacía más goles que nosotros. Y jugábamos distinto. A Hernán le gustaba más anticipar al primero palo y, a mí, ir al segundo. También salía más del área para jugar… No veía ningún conflicto yo, incluso nos llevábamos bien”, reflexionaba Batistuta tres lustros después de la presencia de Bielsa como máximo responsable de Argentina.
Delantera de época. A partir de enero, Diego Pablo Simeone se enfrenta a un apasionante reto futbolístico de poner a dos nueves juntos en el equipo titular. El Cholo puede alinear una delantera formada por Diego Costa y Fernando Torres, con Griezmann siempre por detrás en cualquiera de los sistemas posibles, sin obligación de fijar a los centrales y llegando de una banda o de otra. Costa-Torres sería una de las duplas atacantes más fuertes que se recuerdan, por su poderío físico, por su versatilidad y por la posibilidad de jugar al espacio y al balón largo para prolongar o aguantar hasta que llegue el propio Griezmann, Koke, Saúl o Vitolo.
Poner juntos al Niño y a Costa sería un golpe de efecto y daría un potencial ofensivo al Atlético del Cholo como lo tenía en la etapa de Falcao y Costa. Incluso ganaría matices porque a la calidad que atesoraba Arda Turan en aquel equipo se sumaría la mayor capacidad goleadora que posee Griezmann respecto al turco. La función de lanzar balones a Diego Costa que realizaba Falcao la haría con la misma solvencia Torres, porque ha adquirido matices en su juego y se mueve bien entre líneas filtrando balones como el que le metió a Grizi en el Allianz Arena en la semifinal de Champions de 2016. Simeone podría poner al de Fuenlabrada y al de Lagarto juntos en su clásico 4-4-2, con Griezmann por detrás arrancando desde la banda. Podría matizar el dibujo siendo un 4-3-1-2 con el francés por detrás de las dos bestias atacantes. Al Cholo no le ha gustado nada modificar su dibujo hasta que esta temporada se le ha visto ensayar y poner un 5-3-2 ó 3-4-1-2 aprovechando que cuenta con Giménez, Lucas Hernández, Savic y Godín, cuatro de los mejores centrales del mundo y así puede alinear a tres de ellos.
Al Atleti del Cholo le ha costado mucho atacar a tres centrales y con Costa-Torres, con Griezmann llegando desde atrás, no hubiera tenido tantos problemas como se encontró ante el Chelsea en el debut en Champions League en el Wanda Metropolitano.
Torres y
Costa coincidieron un mes con la Selección en el Mundial 2014 de Brasil y también se entrenaron otro mes juntos cuando Diego llegó al Chelsea hasta que Fernando se fue al Milán. Y en los tres meses que llevan ejercitándose juntos desde que regresó el hispanobrasileño al Atlético se les ha visto que conectan muy bien, que forman una sociedad con química, basada, además de en sus excelentes actitudes y aptitudes futbolísticas, en el respeto y admiración que profesa Costa por Torres.
Simeone dispondría de una delantera de época con la que podría jugar de diferentes maneras, siempre con su filosofía y su estilo basado en que el esfuerzo no se negocia, pero contar con Torres y Costa en su equipo le daría un potencial físico e intimidaría a todas las defensas rivales, siempre con Griezmann liberado para el gol.