Cuéllar y Rulli estropean el monólogo de la Real
El primero lo paró todo, el segundo falló en el único gol
Ganó el Leganés en su estreno liguero de 2018 porque esto del fútbol no va sólo de acaparar la pelota. También va de meterla y, sobre todo, de que no te la metan. Suena fácil. No lo es. Garitano y los suyos tuvieron que sufrir durante 90’ de espectáculo defensivo (el arte de protegerse también es bonito) frente a una Real cacique del balón que se estrelló en Cuéllar las pocas veces que oteó su portería. Rulli caminaba por la misma senda de heroicidad hasta que se precipitó al vacío en la falta del 1-0. Gabriel se encontró la bola. Da igual. Cantó gol. El cuarto (es pichichi local) en esta temporada, ése que vuelve a encaramar al Lega al balcón de Europa.
En los albores del partido también rozó el 1-0 tras birlársela a Llorente. Ahí Rulli sí que brilló. Fue un fogonazo en medio del monólogo txuri-urdin, con la pelota perdida en un eterno bucle amarillo circulando sólo entre piernas de medias blancas. Cuando eran los de verde los que se atrevían a mimar el esférico, apenas duraba un suspiro. Dictadura que se cerró al descanso con un 73% de posesión para la Real. Minutos antes de que se llegara al tiempo del bocata y caldo, ayer best-seller en Butarque, Cuéllar desempolvó su capa. Oyarzabal -jugadón de Odriozola- e Illarra -trabucazo desde la frontal- probaron sus superpoderes en medio del monólogo vasco, ése en el que los mejores diálogos los escribió Canales.
Omar es como él. Belleza en movimiento. Butarque no veía su magia desde el 20 de septiembre. Dichosa lesión. Su entrada achispó a un Lega que volvió tras la reanudación mandando en las ocasiones. Zaldua estuvo en todas. La despedida de Canales mutó el ecosistema y balanceó el dominio al lado madrileño hasta que Rulli regaló el triunfo al Lega. Faltaba un cuarto de hora, pero de la Real ya no quedó ni rastro.
Goleador Gabriel suma cuatro tantos y es el máximo artillero del Leganés