¡Nacho, Nacho, Nacho!
Zidane se estrenó hace dos años en el banquillo con un 5-0 al Depor. Ayer, de nuevo una gran goleada ante los gallegos (7-1) despejó los malos presagios. Esto ya pita, señores.
Honor y cantera. A cada crío que entra en La Fábrica de Valdebebas con el sueño de poder triunfar algún día en el primer equipo habría que ponerle el vídeo de este partido con el Depor para que entienda lo que debe ser un canterano del Real Madrid: José Ignacio Fernández Iglesias ‘Nacho’. Un prodigio. No me extraña que le moleste que se diga de él que “siempre cumple”. Eso es terriblemente injusto. Nacho siempre (o casi) se sale. Cumplir es sacar un aprobado y no molestar. Pero hacer muy bien tu trabajo y ser ejemplar es lo que te hace estar en el peldaño de los elegidos. Es el caso de Nacho, que el jueves cumplió 28 años evidenciando estar en el momento cumbre de su carrera. Ya descubrimos el otro día en As que el canterano de Alcalá de Henares es el segundo jugador de la plantilla con más minutos esta temporada. Como él nunca está ni lesionado ni sancionado, al final ha tenido que arrimar el hombro casi todos los días. Un respiro para Zidane. Además, ante el Depor se produjo la soñada escenificación del idilio indisimulado de Nacho con el Bernabéu. No sólo por sus dos golazos (el 1-1, que aparcaba el susto del gol inicial de Adrián, y el 7-1 que cerraba la gran goleada del curso). Sobre todo por su aplicación en defensa. Cuando en el minuto 69 salvó sobre la línea un gol hecho de Andone, todo el Bernabéu coreó a pulmón su nombre: “¡Nacho, Nacho, Nacho!”. Me imagino el orgullo de sus padres, de su hermano Álex, de su mujer y sus dos pequeños (la parejita: niño y niña). Para ellos es el gesto de las manos con un corazón. Eso eres tú, Nacho. El corazón del Madrid.
Sir Gareth. Habrá que poner velas para que no vuelva a lesionarse. Cuando está explosivo y curado, Bale es una máquina. Si los millonarios del PSG han visto el partido por la tele se habrán quedado preocupados. Ellos tendrán a Neymar, pero nosotros a Bale. Ellos tendrán a Mbappé (buenísimo), pero nosotros a Cristiano, que se quitó la mala racha con un doblete lleno de coraje y compromiso. En el segundo se partió la cara, literalmente, por el escudo que defiende a muerte desde hace nueve años. Cristiano ya lleva 424 goles en 419 partidos de blanco. Ojalá se arreglen sus problemas con la planta noble del Bernabéu y se quede. Nadie podría reemplazarle. Es único.
El bueno de Rubén. Se llevó siete chicharros, pero fue el mejor de los gallegos. Con eso está dicho todo. Tino, presidente del club gallego, perdió el ídem al echar a Pepe Mel para poner a Cristóbal Parralo. Los resultados no pueden ser peores...
Crisis. Como dice mi amigo Manolo, la crisis que arrastra el Madrid es terrible. Llevamos 245 días sin ganar la Liga, 232 sin levantar la Champions, 166 sin lograr la Supercopa de Europa, 158 sin conquistar la Supercopa de España, 36 días sin ganar un Mundial de Clubes, estamos cerca de las semis de Copa y le hemos metido siete al Depor. Intolerable. ¡Fuera, Zizou!
De nuevo felices. Recupera la sonrisa Francisco Javier, un niño de diez añitos que vino junto a José Luis, presidente de la peña de San José de Calamonte (Badajoz), para estrenarse en el Bernabéu. Y vi feliz a Iker Raúl Vargas, llegado a la capital con la peña ‘Amigos del Real Madrid’ de Maracena (Granada). En su camiseta ponía esto: ‘Nací madridista, soy madridista, moriré madridista. Soy del Madrid, no quiero otros colores. El mío es el blanco y lo llevo en el alma’. Con este sentimiento el Madrid siempre será eterno...