Al borde del precipicio en el asiento del miedo con Sordo
As ejerció de copiloto del cántabro en un tramo
Primera vez. Aunque parezca mentira, tras muchos años siguiendo a Dani Sordo, hasta ayer nunca había padecido en el asiento del miedo junto al piloto cántabro. Lo había hecho con Sainz, Loeb, Kankkunen o Gronholm, pero nunca con el actual abanderado español en los rallys. El promotor del Mundial cerró un tramo de asfalto cercano al club de golf de Montecarlo, donde una amalgama de personajes: futbolistas, actores, pilotos de motos o antiguos pilotos hemos compartido escenario con los cuatro coches protagonistas.
“Está para pocas bromas”, me animaba Dani mientras nos ajustábamos los arneses. “Pero no te preocupes, que no voy a forzar”, decía para animar a su pasajero en el asiento del miedo. Antes había llevado a Oliveira, piloto de Moto2, que se bajó alucinado. Para acabar de alimentar la tensión, llovía insistentemente sobre el asfalto.
Y, tras llegar
Meeke con el Ci- troën, arrancamos. Sordo introduce primera, el Hyundai i20 WRC se pega como una lapa al suelo, y sale disparado. La especial no ayuda al acongojado pasajero. Una carretera muy estrecha bordeada por un precipicio y multitud de horquillas... parecido y cercano al lugar en el que murió Grace Kelly. ¡Para qué me vendrá ese recuerdo!
Pero Sordo hace todo con naturalidad, pese a que en algunos momentos vamos en sexta a casi 160 kilómetros por hora. Y va pensando en otra cosa...: “Ya verás el primer tramo de hoy. Va a ser la leche, sobre todo la bajada a Sisteron. Hay de todo, asfalto seco, mojado, hielo y nieve”, me cuenta mientras gira el volante con dulzura. Freno de mano para afrontar las horquillas, contravolante a cada derrape, y los eternos seis kilómetros tocaron a su fin. “Tienes que venirte a un test en tierra. Ahí lo vas a pasar mejor”, se despide Dani camino de empezar el Mundial.
Congoja “Está para pocas bromas, pero no te preocupes, no forzaré”