Una pura cuestión de tiempo...
En milésimas de segundo se le puso el partido cuesta arriba al Levante. Lo que le costó a Luna perder la marca de Adrián en el primer gol. Y en lo que montó la contra el Deportivo y Cabaco se pensó si tirar o no la línea del fuera de juego. Parecía una celebración de la amistad. En apenas unos segundos también se le pudo ir al Deportivo el encuentro, con dos acciones aisladas de Borges que se fue a la calle a la media hora. Justo, pero demasiado castigo quizá. Milésimas, segundos, minutos... una pura cuestión de tiempo. Y en el fútbol, importa. Y mucho. Como el que le faltó al Levante incluso para llevarse los tres puntos de Riazor. Dos o tres jugadas más y vete tú a saber. Pero ese punto no tiene que esconder el bloqueo que lleva el equipo, aunque Muñiz se empeñe en negarlo jornada tras jornada en sala de prensa.
Dice que vimos otro partido. Seguramente. El tema es que todos vimos el mismo, menos él. O el que dijo ver. Y tiempo es el que cada vez le queda menos a la dirección deportiva del Levante para satisfacer las necesidades del míster. Sigue esperando un delantero. O dos. Y desde agosto se podría decir. Un lastre difícil de levantar pero que tampoco puede ser el único mal y la única excusa. No solo falta un delantero. Falta mucho más. Y cosas intangibles. El caso es que el tiempo se acaba. Para todos. Para los que tienen que traer los refuerzos. Para los que tienen que hacer funcionar al equipo. Y para un Levante que ayer se salvó del descenso pero que viendo el calendario y, sobre todo, sus sensaciones, no tardará demasiado en pisar. Y en esta caso para todos el tiempo no lo cura todo si no que corre en su contra.