Burnout Paradise Remastered: nostalgia de un brillante pasado
EA recupera una década después este espectacular arcade
Hace diez años Criterion revolucionaba el mundo de los juegos de velocidad con Burnout Paradise, un título que colocaba un frenético arcade de conducción dentro de un mundo abierto, una ruta que han seguido explorando con gran éxito después los mejores juegos del género.
Ahora, en plena moda de las remasterizaciones, EA le proporciona una segunda vida en las consolas de última generación recuperando el original más los DLC publicados, incluido el Big Surf Island.
Ritmo frenético. Todas las carreras en Burnout, en sus diversas entregas, han tenido un común denominador: velocidad de vértigo y acción a raudales. Los famosos takedowm siguen
presentes, consiste en empujar o embestir a un rival para que pierda el control y se estrelle. También se premia por conductas agresivas: pasar cerca de un rival, saltos, conducir en dirección contraria...
En las competiciones se marca el punto de salida y el de llegada, el cómo y por dónde se alcanza es cuestión de cada uno. Hay vías principales por las que suelen ir los rivales y atajos escondidos que ofrecen una experiencia más emocionante. El mapa es lo suficientemente grande para proporcionar diferentes escenarios que van desde entornos urbanos con grandes avenidas hasta zonas de montaña que presentan carreteras angostas.
Gráficos mejorados. Además de los DLC, el otro gran atractivo es ver cómo se comporta el juego en la nueva generación, pero como ya en su día fue un portento gráfico, los cambios no lucen tanto como en otras remasterizaciones recientes, aunque si se nota una mejora notable en las texturas, pero poco más.