Madrid vivió una marea de 35.000 corredoras
Elena García entró primera en la Carrera de la Mujer
Solidaria
En la prueba se reivindicó la lucha contra la violencia de género
Una marea rosa se instaló a las 09:00 en la calle Princesa de Madrid. Eran las deportistas de la Carrera de la Mujer, que batían récord de participación con más de 35.000 runners. Las había de élite, corredoras eventuales, menos habituales... Todas salían a disfrutar de una fiesta de 6,3 kilómetros, que tuvo como primera clasificada a Elena García Grimau, una bioquímica madrileña instalada en la élite del fondo, que batió en el sprint a Cristina Jordán y a Diana Martín, reaparecida casi dos años después de su maternidad.
“Siempre me encanta correr esta prueba, en mi mente están las mujeres que luchan”, contaba García Grimau. Porque la Carrera de la Mujer es mucho más que un festival runner de domingo. La prueba nació hace 15 años, de manera modesta, con el objetivo de dar visibilidad y ayudar económicamente en la investigación contra el cáncer de mama. “Sin investigación, sin ciencia, no hay cura”, seguía García Grimau, que añadió: “Este año la cita tenía un carácter más reivindicativo”.
Y es que la Carrera de la Mujer también se ha convertido en una plataforma de lucha contra la violencia de género, como refleja el dorsal 016 en referencia al teléfono de auxilio a las víctimas de esta lacra. “La violencia contra las mujeres es una de las más degradantes violaciones de los Derechos Humanos. Debemos perseguirla en el hogar, en el trabajo y en las calles”, leyó Gema Hassen Bey en un emocionante comunicado.
La marea rosa es corredora, solidaria y está unida, como se vio en la meta del Paseo de Camoens, donde decenas de miles de mujeres compartían su experiencia de 6,3 kilómetros por el centro de Madrid, hablaban de la cuesta sorda de la Gran Vía, del paso por Sol, de Ferraz... Mientras Rosa López, madrina de la prueba, cantaba unos temas, las corredoras descansaban con un refresco, las que aún tenían fuerzas hacían ejercicios de aerobic...
“Las mujeres somos auténticas campeonas, que podemos con todo, ese es el espíritu de esta carrera”, ratificaba Teresa Perales, deportista con 26 medallas paralímpicas, que por un día cambió el agua de la piscina por el asfalto para entrar en la marea rosa de la Carrera de la Mujer más reivindicativa.