Kuipers, el árbitro en Lyon, es el de la final de Lisboa
Ya dirigió al Atlético esta temporada: 2-0 al Roma
El Atlético volverá a encontrarse con Bjorn Kuipers en una final. Será el miércoles 16 de mayo, en Lyon. Ningún rojiblanco guarda buen recuerdo de la última, y primera, que se cruzaron en una. Fue hace cuatro años, en Lisboa, final de la Champions, Real Madrid-Atlético. Kuipers decretó cinco minutos de descuento en el partido. Cuando estos empezaron, el Atlético era campeón, ganaba 1-0. Cuando llegaron a su fin ya no. El Madrid había empatado, 1-1, gol de Ramos, minuto 93.
Lyon no será la primera vez que vuelven a cruzarse desde entonces. Eso ya pasó antes, esta temporada: fase de grupos de la Champions, 4ª jornada, Atlético-Roma. Ganarían los rojiblancos, 2-0, y Simeone tendría tiempo para recordarle, al menos tres veces, aquello: los cinco minutos. “Cinco. Acuérdate. Ahora añades cinco”, le repetiría al colegiado, alzando la mano, con el gesto claro. Los dedos abiertos. Cinco. El descuento más largo en la vida de un rojiblanco. También uno de los recuerdos más duros. Lo tenían todo, tuvieron nada.
Holandés de 45 años, Bjorn Kuipers debutó como árbitro en 1990, llegó a la Eredivisie, primera división de su país en 2005 y un año más tarde, 2006, a las competiciones internacionales. Es un árbitro millonario. Amasa una fortuna que asciende a los nueve millones de euros, según el portal holandés quotenet.nl. Se debe a varios negocios, sobre todo al franquiciado de una cadena de supermercados muy conocida en Holanda, C1000.
Hijo de árbitro, se licenció en Dirección y Administración de Empresas y jugó a fútbol en un equipo semi amateur, el KVV Quick’20, de Oldenzaal, su ciudad natal. Su punto débil son las áreas, no da explicaciones de sus decisiones y tarda en mostrar las primeras tarjetas. Esta es su última temporada.
En 2013, Kuipers ya dirigió una final de Europa League, su única hasta ahora: la que enfrentó a Benfica y Chelsea. Un rojiblanco puede contarlo: Torres, su equipo entonces el Chelsea, la ganó, él marcó. Ahora, busca el título que le falta a su carrera, el más especial: uno con el Atleti. Es la última oportunidad posible. Con Kuipers en el campo ya levantó uno.