Rafa Nadal, espejo para los niños
Hace pocos días recibimos en nuestro colegio CEIP Nuestra Señora del Carmen (Torre de la Reina, Sevilla) una grata sorpresa. Un vídeo de Rafa Nadal, nuestro deportista más ilustre. En él nos alentaba a seguir trabajando en los valores de la educación como algo que perdura en el tiempo.
Con estas líneas me gustaría destacar este gesto y también agradecerle públicamente lo que ha hecho por estos jóvenes. Qué voy a decir desde mi posición como educador que no se haya escrito o comentado antes, pero creo que cuando se invierte en los más pequeños, es bonito, justo y necesario compartirlo con los demás. Y, sobre todo, cuando las buenas noticias brillan por su ausencia. Tan grande y tan sencillo Rafa Nadal.
Los que amamos el deporte pensamos que debemos progresar y competir desde la honradez, siendo campeones tanto en las derrotas como en las victorias. Y el verdadero termómetro social está en los patios de recreo y en las aulas, donde se dan penaltis simulados, patadas sin perdón... Por eso es tan importante este deportista que emerge cada año de manera silenciosa. Nosotros buscamos a quien nos inspire o lidere día a día para combatir malos hábitos, falsos valores o para que sirva de simple motivación. Ese es Rafa Nadal.
Es además un embajador que no necesita ni chaqueta ni corbata para ejercer. Su diplomacia es su saber estar en la pista. Desde aquí quería agradecerle sus palabras de aliento a unos niños anónimos de un colegio situado en un pequeño punto del mapa nacional y también a Hugo Camín, responsable de valores de su Academia.
Su gran legado es la semilla que está dejando como deportista, ser humano e incluso maestro de la vida. Y todo sin pretenderlo. Herminio Rodríguez Sevilla