Álvarez Campillo “Un poco cabreado, Costa puede dar su máximo rendimiento”
Juan Carlos Álvarez Campillo, psicólogo y coach de la Selección habló con As de sus métodos: “Todo se reduce a no regodearse en la victoria ni flagelarse en la derrota”. Julen Lopetegui le llamó al día siguiente de ser nombrado seleccionador. Habían trabajado juntos en Oporto.
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¿Qué hace un coach mental como usted en un sitio como éste?
—Mi función es que no haya distracciones, que el equipo se centre en el objetivo, dando todos su máximo rendimiento. Focalizar la meta y hacer todo lo posible por llegar a ella. Conectar con el talento y los recursos es otro de los motivos. —¿Usted está en Krasnodar como coach o como psicólogo? —Yo soy psicólogo, pero estoy aquí como coach. Hay diferencias. El psicólogo se centra en el diagnóstico de lo que ocurre para aportar ideas y soluciones. El coach no tiene la capacidad para evaluar, sino que ha de ayudar vía diálogo para que sea la otra persona la que sepa hacia dónde va.
—¿Para qué necesita Lopetegui un entrenador mental? —Lo que busca Julen es tener una perspectiva más amplia y tomar la distancia adecuada para sus decisiones. Pero decide él. Me llamó al día siguiente de ser nombrado. Habíamos colaborado en Oporto.
—Usted escucha las ruedas de Prensa y se le ve con el seleccionador antes y después de sus comparecencias públicas. ¿Con qué objetivo?
—Yo hablo con Julen cuando me pregunta. Lo hice el otro día, y también en otras ocasiones. Comentamos el modo de mantener el plan, de no desviarnos del objetivo trazado. Que todo lo que se habla y se hace gire en torno al fin último.
—¿Es usted el padre de la frase: ‘Tenemos que hacer que ocurra’? ¿Qué debe ocurrir? —Yo no soy el creador. Esa frase resume el espíritu de Lopetegui desde que llegó a la Selección. Esto es un hilo, un camino permanente. Julen escucha y capta información de todos y lo aglutina para proyectar la visión que quiere del equipo. Lo que debe ocurrir es que la Selección alcance su mejor versión y cada jugador dé lo mejor que tiene. Eso nos llevará donde corresponda. ¿Ganar el Mundial? Una vez que das el máximo aumentan las posibilidades de éxito. —Aconsejó al seleccionador en la cuestión de Casillas. ¿Cómo se gestiona eso?
—Yo no utilizaría el verbo aconsejar. Ese no es el método. Él me comenta sus ideas sobre un tema y lo hablamos por si se le escapa algún detalle. Pero su idea es suya. Era una decisión de calado y a Lopetegui le gusta medir las decisiones importantes. Pero no le aconsejé. Me comentó el caso, hablamos de ello, del impacto que podría tener y qué era lo conveniente. Él tiene claras las cosas, aunque le guste sopesarlo.
—¿Y en esas circunstancias no era Casillas el que hubiera necesitado más de usted? —Trabajo con muchos. Cuando un jugador recibe una noticia que le puede crear una nebulosa hay que ayudarles a clarificar. Les ayudo a centrarse en su desarrollo, a no pararse. —Luis Alberto dijo que no dejó el fútbol por usted. ¿Cómo hizo? —Todo el mérito fue suyo. Luis Alberto ha sido muy generoso en sus declaraciones, pero él fue quien se superó. Me llamó cuando estaba en el Lazio. No encontraba su sitio ni su juego. Trabajamos para cuidar el perfil mental y emocional y encontró su camino. Pero él hizo un trabajo fenomenal.
—Le he leído que canalizar la agresividad de Costa es lo mejor para activarle, ¿qué significa eso?
—Tal y como lo entiende Lopetegui, cuando Diego Costa está un poquito cabreado es cuando tiene el punto de agresividad adecuado para dar su máximo rendimiento. Y eso a Diego Costa le funciona, pero no a otros. —¿Qué es la psicología inversa?
—Ahora no sabría decir qué es. —¿Le ha dado algún consejo a Sergio Ramos tras lo de Salah? —No. Sergio está siempre muy centrado. No me ha preguntado por Salah porque él ya sabe qué tiene que hacer. Sergio Ramos tiene las ideas muy claras. —¿Quién es el que tiene las ideas más claras? —Lopetegui, quien debe ser. Le dedica mucho tiempo y trabajo a que todos tengan el objetivo enfocado. Es el líder.
—¿Ha trabajado con los mundialistas de Brasil que siguen? —No hago un trabajo especial con ellos. Hablo con todos, espontáneamente, un café o un paseo. No reparo en si estuvieron en el anterior Mundial o no. —Usted ha trabajado en una empresa dental, en otra de recursos humanos y en el servicio de noticias de la BBC. ¿Qué hacía un psicólogo en la BBC? —Todo tiene un hilo conductor. Lo detallo en mi libro, El entrenador mental. Estudié psicología en Oviedo y, al término, me fui a Londres: quería aprender el idioma. Trabajé en otros temas y colaboré con la BBC. —¿Qué jugador le sorprende por su temple, quizá Iniesta? —Iniesta es un ejemplo. En cualquier situación da algo positivo a los demás. Es una maravilla. Pero como muchos otros. Algo muy destacado aquí es la unión, la solidaridad y el ambiente que hay en el grupo. —De momento sólo ha trabajado en la victoria. ¿Tiene preparado un plan de crisis? —Claro que hay un plan, pero básicamente todo se reduce a no regodearse con las victorias ni flagelarse con las derrotas. —¿Es más fácil dar una conferencia sobre ‘coaching’ al Ibex 35 o a la Selección? —Bueno, el objetivo es el mismo en unos y otros: que lleguen a dar su máximo rendimiento, y ahí es donde yo trato de ayudar. Lo complicado es que cada persona puede llegar a su tope por caminos diferentes. Pero los deportistas lo captan todo muy rápido, con los jugadores tiene que ser todo mucho más claro porque saben lo que es auténtico. Creo que van por delante. —¿Se le acercan los jugadores o se acerca usted? —Procuro que sean ellos, con tranquilidad y de forma natural. —¿Ayuda a Carvajal?
—Lo que me cuenta Pedro Chueca, el fisio, es que va bien. Le ayuda a llevar el ritmo adecuado y que no quiera hacer más de lo que toca.
Mi función es que no haya distracciones. Focalizar la meta y hacer todo lo posible por llegar a ella”
Sergio Ramos no me ha preguntado por Salah porque él ya sabe qué tiene que hacer”