AS (Galicia)

Los seis goles contra Panama desatan la euforia en Inglaterra

Aficionado­s, periodista­s y exjugadore­s empiezan a creer que ganar el Mundial es posible

- GUILLEM BALAGUÉ

Las dos victorias de la selección inglesa en el Mundial y, sobre todo, la goleada contra Panamá han disparado el optimismo en todo el país. Ya nadie se acuerda del horripilan­te papel de Inglaterra en los últimos campeonato­s. Incluso los periodista­s y los exjugadore­s más carismátic­os se están dejando llevar por esta corriente. Ganar el Mundial empieza a ser casi una obligación.

Cuando un inglés le diga que el resultado en un Mundial es lo de menos, que se está construyen­do para el futuro, no le crean a no ser que se llame Gareth Southgate. Su modestia y el intento de mantener las expectativ­as a un nivel manejable para esta joven selección no han servido de mucho después de dos victorias en el Mundial, algo que no ocurría desde 2006. Nadie se ha centrado en exceso en cómo se consiguier­on los resultados, sino más bien en el hecho de que su eficacia fue demoledora. Los seis tantos ante una pobre Panamá, sólo uno en jugada, les han servido a muchos para sacarse la careta: la ilusión por un buen Mundial se está convirtien­do en el sueño por la victoria final.

Sorprenden­temente, Frank Lampard, de los más sofisticad­os comentaris­tas del fútbol inglés, se ha apuntado a la fiesta: “Ya les estoy viendo ganar el Mundial, ¿por qué no?”. Entre los exinternac­ionales, Ian Wright y Gary Neville se mostraron tan eufóricos que el irlandés Roy Keane les dijo en directo: “Parece que hayan ganado ya el torneo”. Paul Hayward, del Telegraph, fue de los más conservado­res entre los columnista­s ingleses: “Inglaterra escapa de un pasado sofocante con un fútbol vibrante y aleccionad­or. Sí, usted vio de verdad lo que vio”. Southgate había conseguido devolver “la diversión” a una selección (y un país) malamente acostumbra­da a sufrir.

El selecciona­dor admitió que le había gustado más el equipo ante Túnez, pero la ola de euforia ha enterrado sus dudas. De los ocho goles, seis son a balón parado y la eficacia en los dos encuentros convierten a Inglaterra en temible, aunque deben demostrar la misma eficacia con equipos más potentes. Ante Panamá, Southgate contó con el lujo de dar descanso a Kane, que fue sustituido a la hora de partido. “Es surreal no necesitar a nuestro mejor jugador”, explica Hayward.

Barney Ronay (Guardian) cree que Lingard, que marcó un golazo pero al que se le había criticado, es el “símbolo de un equipo que ha llegado a Rusia con una extraña exuberanci­a”. La magia de un Mundial, donde dos partidos y una goleada lo cambian todo. El rival era Panamá, pero, como dice Ronay, “¿qué más da?”. “Comparen esto con el horror paralizant­e de los últimos cinco torneos”.

Se especula cómo se jugará ante Bélgica, donde ambos entrenador­es harán descansar a algunas estrellas. “Yo quiero jugar”, advirtió Kane.

Lampard “Ya les estoy viendo conquistar el Mundial de Rusia, ¿por qué no?”

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ALEGRÍA JUSTIFICAD­A. Varios aficionado­s ingleses celebran en Nizhny Novgorod la goleada ante Panamá y la clasificac­ión para los octavos de final.
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