Vértigo y juego directo con un tridente letal
Superó la ‘crisis de Anoeta’ y se hartó de ganar
■ “Estábamos en la mierda y Luis Enrique nos sacó de allí”, dijo Gerard Piqué cuando le preguntaron por la influencia del técnico asturiano en el Barcelona. Luis Enrique aterrizó en un Barça deprimido tras el paso de Tata Martino por el banquillo. No fue fácil, pero su balance en cuanto a títulos fue indiscutible. Llegó diciendo que “el líder soy yo” y tuvo que rectificar tras la ‘crisis de Anoeta’ cuando se le amotinó Messi seguido por Neymar y Suárez. A partir de ahí, con la mediación y el consejo de veteranos como Xavi Hernández, le hicieron dar un paso atrás.
El Barça de Luis Enrique se explica en gran parte por el tridente Messi-Suárez-Neymar que dotaron al equipo de un vértigo que no tenía en otras temporadas. Una evolución del juego de posición que primaba las transiciones rápidas aprovechando que muchos equipos presionaban la salida de balón del Barça. Se presionaba menos tras pérdida en la delantera a cambio de que centrocampistas como Rafinha o Rakitic se vaciaran en defensa.
En defensa, el Barça ganó solidez al inicio, aunque fue perdiéndola, especialmente en la Champions, donde bajó su rendimiento.