Lo que pudo perder el Movistar
Este Tour sigue demostrando que la decisión de reducir el tamaño de los equipos en un corredor no funciona como medida de seguridad. Continúan sucediéndose las caídas porque la atención en los últimos kilómetros de una etapa de la Grande Boucle no la hay en ninguna otra carrera. Todos los corredores quieren tener su sitio en cabeza del grupo y al final pasa lo que pasa.
Esta vez les tocó a Fuglsang o Roglic, en un día en el que Movistar pudo perder mucho cuando Nairo y Landa se quedaron cortados en un abanico. Por suerte para ellos no se organizaron bien delante y por detrás sí pudieron reaccionar. No entró en ese corte Valverde, que supo mantenerse en cabeza. Ya en la última ascensión, al durísimo Muro de Bretaña, disputó la victoria como era de esperar. Pero se le escapó Dan Martin. Y es que con tantos gallos en el corral no puedes estar atento a todo. Él iba pendiente de Alaphilippe, el más peligroso, y Martin sorprendió probando lejos. En cualquier caso siguió demostrando que está en buena forma como el resto del triunvirato telefónico, que aguantó en cabeza cuando Froome, Urán, Bardet o Dumoulin, estos dos últimos por pinchazos, cedieron tiempo.
Hoy volveremos a vivir, a priori, otro duelo entre Sagan y Gaviria. Puede haber invitados, pero en principio el sprint es cosa de ellos. Para el resto, la aspiración debería ser tener un día tranquilo. Puede que sea mucho pedir dadas las circunstancias. Hay que ir con cuidado. El domingo viene Roubaix y sus adoquines. Quién quiera tener opciones en la montaña debe llegar allí prácticamente intacto.