Griezmann y un partido que vale en la carrera por el Balón de Oro

Saldrá de inicio y coincidirá con su gran oponente por el trofeo: Modric

Nada

más proclamarse campeón del mundo, en Rusia, Griezmann en la zona mixta lo avisó. “Y ahora la Supercopa”. No habían llegado ni las vacaciones y el francés ya tenía este día en la cabeza. 15 de agosto. Real Madrid. Tallin. Para él será más que un partido de fútbol, la posibilidad de un título. Lo que esta noche pase cuenta para el Balón de Oro.

Porque Griezmann es firme candidato. Su 2018 está siendo de ponerle un marco. Lo comenzó espantando las sombras del comienzo de la temporada con goles. Antes de enero habían sido sólo siete, después no dejó de hacer su celebración Fornite, inspirada en un videojuego, en Liga, Copa y Europa League. Hasta 22 veces. Siete de ellas con sólo tres días de diferencia. Hat- trick al Sevilla, póker al Leganés. En ese momento, Grizi ya estaba lanzando. En mayo, fue el rojiblanco de la final de Lyon. Y MVP. Dos goles de los tres del Atleti. El título. En julio levantaría otro.

La copa del mundo. La segunda estrella de Francia en Rusia. Su peso en el equipo fue más allá de los goles ( solo cuatro), era su influencia en la pizarra, jugando libre, en todas partes. En la final se midió a la Croacia de Modric. Su oponente por el Balón de Oro. Ganador de la Champions, líder de esa selección que nadie esperaba, que al mundo encandiló. Grizi fue el MVP del partido, Modric el Balón de Oro del torneo ( el francés, bronce; plata Hazard). Entonces ya había anunciado su Decisión en prime time. Quedarse. A la Supercopa de Tallin la rodeaba en círculo rojo en su calendario.

Hace ocho días acabó sus vacaciones, volvió con una idea: jugar unos minutos ante el Inter y rodarse para la Supercopa. Fueron 32’. Suficientes para estar listo. Apunta a titular. Sobre el campo podrá coincidir con Modric. Supercopa en juego. Y ese partido que sólo ellos juegan ahora: el del Balón de Oro.