AS (Galicia)

El Sky regala el rojo

Molard es el nuevo líder ● Clarke remató la fuga con victoria

- JUAN GUTIÉRREZ LA CRÓNICA

Noticia en la Vuelta. Ayer hubo 25 fugados y entre ellos no estaba Luis Ángel Maté. Tampoco Pierre Rolland, su sombra. Después de tres días consecutiv­os con ambos en la escapada, el andaluz bromeaba por la mañana en las redes sociales: “Me acabo de levantar, salgo de la habitación para ir a desayunar y me encuentro a Rolland en el pasillo esperándom­e. ¿Es normal?”. Con ese mismo humor, y también en Twitter, Maté había abierto una encuesta: “¿Me meto de nuevo en la fuga o no?”. Hizo un amago, pero finalmente decidió no hacerlo, como habían elegido sus seguidores, y guardó fuerzas para batallas futuras.

El maillot de la Montaña de Maté no corría peligro. Y eso que en el grupo de destacados viajaron dos ciclistas que figuran en ese palmarés de la Vuelta: Davide Villella (2017) y Simon Clarke (2012). Ambos pujaron por la victoria del día. Y fue el australian­o quien se llevó el gato al agua, como ya hiciera en Valdezcara­y en 2012. A sus 32 años, mantiene la chispa.

El pelotón rompió la tendencia de jornadas anteriores y voló hacia Roquetas de Mar, donde llegó con 40 minutos de adelanto sobre el horario intermedio previsto, a 41,004 km/h. Se salió muy rápido, en busca de una escapada que tuvo diversas alternativ­as y que no se formó hasta después del primer puerto, Órgiva, ya en el kilómetro 55. Todos los equipos colocaron al menos un ciclista salvo dos: el Sky, que arropó al aún líder de la general, Michal Kwiatkowsk­i, y el Quick Step, que protegió al líder del sprint, Elia Viviani. Al fin se dio la fuga por buena. Luz verde.

Ejemplo Nibali. El único precedente de Roquetas, con victoria de Mario Cipollini en 2002, invitaba a pensar en la posibilida­d de una volata. No lo tenían nada claro los velocistas en la salida. Tanto Nizzolo como Sagan comentaban que su olfato pronostica­ba una fuga. No fueron los únicos. El Alto de El Marchal, a 27 kilómetros, y el intenso calor, sobre 34 grados, restaban las ganas de controlar la carrera. Habrá más oportunida­des en los próximos días. San Javier parece hoy más propicio para el sprint.

Y allá se fueron los cazadores de etapa. Vincenzo Nibali intentó entrar inicialmen­te, pero desistió. La actitud del ‘Tiburón’, que se recupera de una rotura de vértebra, nada tiene que ver con la dejadez de Richie Porte, que ya acumula sin rubor más de 41 minutos de retardo.

Visto el precedente del día anterior, la jornada iba a poner en juego algo más que una victoria. También el maillot rojo. El Sky ya lo había expuesto camino de La Alfaguara. Y ayer, por fin, soltó la prenda. Su único afán fue mantener la escapada a cinco o seis minutos, para no lamentar sustos venideros. El nuevo líder es Rudy Molard, un francés de 28 años del Groupama-FDJ que ya había ganado esta temporada una etapa en la París-Niza. Los británicos, que no han traído un equipo tan potente como en otras ocasiones, liberan así una responsabi­lidad que se le podría haber hecho muy larga con 16 etapas que faltan por delante.

La jornada se transformó en una miniclásic­a, que se resolvió con un minisprint que dominó Simon Clarke por delante de Bauke Mollema y De Marchi, otros dos ganadores de etapas históricos en la Vuelta. A ocho segundos llegó otro trío con Villella, De Trier y Molard, sexto en la meta y nuevo maillot rojo, por cortesía del Sky de Kwiatkowsk­i.

 ??  ?? EL GANADOR Y EL LÍDER. En primer término, Simon Clarke sprinta por ganar la etapa... mientras, por detrás, Rudy Molard tira para conservar su ventaja y alcanzar el liderato.
EL GANADOR Y EL LÍDER. En primer término, Simon Clarke sprinta por ganar la etapa... mientras, por detrás, Rudy Molard tira para conservar su ventaja y alcanzar el liderato.
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