“No he ganado, sé lo que es perder todo en un día”

Simon Yates

El líder dio un paso de gigante para conquistar la Vuelta con un ataque desde lejos en La Rabassa. El holandés nunca le ha perdido la cara a la carrera y a dos días del final marcha tercero en la general. Vivió su peor día en lo que llevamos de Vuelta y no supo la razón de su pájara: la alimentación, la altitud... ● Km 0. 159 corredores salen de Lleida, 36 de ellos españoles. Postlberger abandona antes de partir.

● Km 44. Se forma un primer corte con Kwiatkowski, Ghebreigzhabier y Simon Clarke.

● Km 64. Movistar reacciona poniendo un ritmo durísimo en el pelotón y da caza a los escapados.

● Km 79. Van Asbroeck, Castroviejo y Benjamin Thomas lo prueban. El primero se descuelga rápido.

● Km 120. El Movistar provoca abanicos en el grupo. Susto para Yates, que pierde contacto.

● Km 122. Yates consigue enlazar gracias al trabajo del Bora.

● Km 137. Fuga neutralizada a los pies de La Rabassa.

● Km 142. Ataca Nairo y se va con Kruijswijk. Poco después se les une Pinot.

● Km 147. Yates ataca, revienta a Nairo y Valverde y se va con Pinot. Gana el francés y el británico distancia ya en 1:38 al murciano. ➥

¿Qué porcentaje de la victoria en esta Vuelta cree que tiene ya en su mano? —No me atrevería a decir ningún porcentaje porque la carrera aún no ha terminado. Y queda una etapa muy importante, así que no creo que tenga el triunfo asegurado. Se lo digo yo, que sé en primera persona que todo se puede ir al garete en un día.

—¿Qué se le pasa por la cabeza al ver la renta que ha sacado y que puede ganar su primera grande?

—Sólo pienso en la jornada que queda aquí en Andorra. Claro que conquistar una grande sería maravilloso, la guinda a un gran año, pero eso aún no ha pasado.

—El Movistar intentó lanzar a Nairo por delante y usted contraatacó. ¿Cómo le motivó esa jugada para saltar usted? —Cuando se produjeron esos ataques mi equipo estuvo fantástico. Jack Haig hizo un trabajo magnífico minimizando la diferencia. Luego me sentí bien y decidí que tenía que acelerar. Una vez abrí hueco, rodé a tope hasta el final, así de simple. —¿A qué se debió el ataque? ¿Lo tenía planeado? —La verdad es que no. Cuando corres como líder nunca hay un plan. Y yo siempre voy al ataque, es mi forma de correr. En este caso, más, por tener una renta tan corta.

—¿Todo el esfuerzo que hizo en La Rabassa lo puede pagar en La Gallina? —Puede que algo me resienta, pero creo que gastamos todos mucho. Y el Mitchelton estuvo excepcional, completando un gran trabajo.

—¿Qué espera de la segunda etapa en Andorra?

—Creo que va a ser muy complicada y muy dura. Ninguna ventaja es suficiente para sentirte ganador y, repito, en un día todo puede cambiar.

—¿Qué es lo que ha ocurrido esta temporada para que se destape como un aspirante a grandes vueltas? —Pienso que eso ocurrió en 2016, cuando logré acabar en el top-10 de la Vuelta (acabó sexto y conquistó una etapa). Al año siguiente logré ser séptimo y el mejor joven del Tour. Estoy contento con la progresión.

Ofensivo “El ataque no fue planeado, soy así, es mi manera de correr”