Leo neutraliza a Aspas
El Valladolid logró un merecido punto sobre la bocina
EI trabajo y el esfuerzo igualaron al talento en el último suspiro de Balaídos. Aspas puso la magia, con otra tarde para su biblioteca de oro. Doblete y asistencia del moañés con el brazalete luciendo en su bíceps. Le acompañó, como siempre, Maxi Gómez, que firmó gol y asistencia. Pero el dúo letal no fue esta vez suficiente. Y eso que a los diez minutos el Celta ya ganaba 2-0 y era un auténtico huracán. Pero el Valladolid no se rindió. Nunca. Y al final obtuvo su recompensa.
Tras el demoledor comienzo celeste, que además de los dos goles tuvieron dos ocasiones más a cargo de Aspas y Boufal, los blanquivioletas fueron sacando la cabeza de la cueva poco a poco, hasta encontrar un horizonte realmente esperanzador. Consiguieron adueñarse del partido a base de tesón y fe. Lograron reducir el talento olívico a la mínima expresión. Fueron un ejemplo de lucha y pundonor que explotó todas sus virtudes. Borja se hizo enorme en la medular, Alcaraz armó su fusil, Nacho parecía Marcelo y Óscar Plano estaba omnipresente.
Así, lo que parecía una montaña imposible de escalar se convirtió en un repecho con la meta a la vista. Alcaraz avisó con un disparo al poste y Plano puso después fin a la sequía goleadora. Se abría la veda.
Tras el descanso, Aspas hirió al Pucela con otro zarpazo. Pero no fue de muerte, ni mucho menos. Sobre todo porque el Valladolid se negó a sacar la bandera blanca. Unal recortó distancias tras la segunda asistencia de Nacho, Duje Cop tuvo el empate y Michel hizo temblar el larguero. La recompensa llegó en la última jugada, en el último suspiro de un Balaídos agarrotado. Plano y Nacho combinaron, en la última escenificación de su enorme partido, y el atacante centró al corazón del área. Allí apareció entre una nube de piernas la destreza de Leo Suárez. Sólo estuvo unos segundos sobre el césped, pero le bastaron para convertirse en el héroe de la tarde.
Primer gol Plano acabó con la sequía goleadora del Pucela a los cuarenta minutos
Polémica. El encuentro, vibrante de principio a fin, tuvo varias gotas de polémica. El VAR no fue capaz esta vez de disolver la particular salsa del fútbol, en la que en esta ocasión se vieron salpicados los visitantes. Los pupilos de Sergio reclamaron mano en el gol de Maxi, un penalti por agarrón de Costas, una mano de Araújo dentro del área y la segunda tarjeta a Juncà. Prieto, auxiliado por el VAR, no rectificó ninguna decisión, aunque todas ellas tuvieron (y tendrán) especial controversia.