AS (Galicia)

Stuani es más que el VAR

Partidazo del uruguayo del Girona, que empató en el Camp Nou ● El videoarbit­raje detectó una agresión de Lenglet que nadie protestó ● Fallidas rotaciones

- SANTI GIMÉNEZ REPORTAJE GRÁFICO FERRAN ZUERAS, GORKA LEIZA Y RODOLFO MOLINA

Pasó de todo en el Camp Nou, donde el Barça cedió el primer empate (2-2) de la temporada ante un Girona comandado por un imperial Stuani que se le subió a las barbas a los culés en un partido que de repetirse en la segunda vuelta encendería Miami, pero también Girona. Cosas así, no se las quiere perder nadie. El VAR decretó una expulsión de Lenglet que nadie en el estadio reclamó y el Barça en inferiorid­ad durante 55 minutos tuvo que volver a deshacer rotaciones para salvar un punto en un duelo que se volvió frenético a partir de la roja al central francés.

Valverde tiró de rotaciones y la cosa, como pasó en Anoeta, le volvió a salir rana. Semedo ocupó el lateral derecho con la fortuna habitual, es decir, escasa. En el centro del campo, Busquets se mantuvo como ancla, pero acompañado de Arturo Vidal y Arthur, lo que repercutió en la fluidez del juego. En la delantera, Dembélé era el que las perdía. Al por mayor.

Enfrente, un Girona muy bien situado sobre el terreno de juego mantenía al Barcelona lejos de la portería de Bono. La primera ocasión fue de los visitantes cuando Bernardo le ganó la partida a Busquets en un córner para rematar a las manos de Ter Stegen.

Con un Barcelona muy gris, el único elemento incontrola­ble era, como de costumbre, Leo Messi, que avisó a los 12 minutos con una jugada de fantasía que Bono salvó después de que el argentino regateara a tres defensas. Era el primer aviso. A los 19 minutos inauguró el marcador a pase de Vidal. El partido parecía que se ponía de dulce para los blaugrana, pero la tormenta sobre el Camp Nou estaba a punto de desencaden­arse.

Avisó Portu, que tras regatear a Ter Stegen vio como Piqué salvaba sobre la línea lo que debía ser el empate. Pero la jugada que marcó el partido se dio a 10 minutos del final del primer tiempo cuando en un balón dividido Pere Pons topó con Lenglet. Choque de rodillas. Ambos se fueron al suelo. El colegiado señaló falta del visitante, que se levantó y se disculpó con el francés. Se dieron un apretón y parecía que no había pasado nada. Pero el árbitro recibió comunicaci­ón de la sala del VAR indicando codazo de Lenglet, que ciertament­e impactó con la cara de Pons. Pareció, y así lo interpreta­ron los protagonis­tas del choque, una jugada de inercia y fortuita. Pero una vez revisada en el monitor a instancias de Del Cerro Grande, se expulsó a Lenglet por juzgar agresión e intenciona­lidad.

En inferiorid­ad, el Barcelona siguió jugando igual de mal que con once y en un despiste de Piqué, no sería el primero, Stuani le robó la cartera y batió a Ter Stegen.

La segunda empezó con la entrada de Umtiti por Dembélé. El Barça salió con más mordiente, pero el Girona sabía que en superiorid­ad y con la velocidad de sus puntas tendría una oportunida­d. Y les llegó en otro despiste de Piqué, que primero perdió la carrera con el delantero, luego cometió penalti sobre Portu, que siguió la jugada. Ter Stegen hizo el primer milagro evitando el gol, pero no pudo evitar el misil siguiente de Stuani.

Al Barça no le quedaba otra que ir a por todas. Entraron Coutinho y Rakitic y Messi puso el turbo. Disparó una falta a la cruceta, otra la salvó Bono y generó la jugada que redimió a Piqué, que marcó el empate a falta de media hora para el final. El Barça se encomendó al disparo de Coutinho y las arrancadas de Messi, pero el Girona supo aguantar con un hombre más y llevarse un partido por el que en Miami matarían…y en Girona, también.

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