Las derrotas en Riazor y El Sadar dejan tocado a Baraja
La imagen del equipo preocupa tras sacar un punto de nueve
Lejos de afinar su maquinaria y mejorar cada jornada, el Sporting ha abierto muchas dudas tras las derrotas consecutivas en las dos últimas salidas, a Riazor y El Sadar, que han dejado tocado Rubén Baraja.
Ambas derrotas se produjeron por la mínima (1-0), pero la imagen que ha dejado el equipo inquieta mucho a los aficionados rojiblancos. Con el empate ante el Numancia en El Molinón, el Sporting arroja un pobre balance para un aspirante al ascenso: un punto logrado de nueve disputados.
El propio Baraja apuntó en Pamplona la necesidad de “hacer autocrítica” así como la obligación de “dar un paso adelante”. El técnico regresó a Gijón muy enfadado con el rendimiento del equipo en la segunda parte del partido ante Osasuna. Es precisamente esa segunda mitad ante Osasuna y, en general, todo el partido ante el Deportivo los que traen de cabeza al entrenador del Sporting.
El problema no está en la portería y la defensa, donde se siguen mostrando seguros y fiables los rojiblancos, aunque no han logrado mantener la portería a cero en los cuatro últimos partidos, entre ellos el de Copa del Rey ante el Numancia. El problema está sobre todo de medio campo hacia delante, en el control del juego y el fútbol de ataque que desarrolla el equipo, sobre todo por las bandas.
Sin pólvora El equipo se muestra fiable en defensa pero no hace goles