El Rayo pretende construir en Vallecas su bastión
Aún no puntuó en casa y llega un Espanyol en zona europea
Con la resolución de reapertura en la mano, el Rayo podrá volver a jugar en Vallecas en la que será su segunda cita en menos de una semana. El objetivo ahora pasa porque el estadio vuelva a ser el bastión de anteriores temporadas. Y es que los franjirrojos han recolectado todos los puntos de su casillero a domicilio (ganó en El Alcoraz y empató en Anoeta). Si su condición de visitante ha sido la cara, la cruz la ha vivido ante su público con dos abultadas derrotas frente a Sevilla (1-4) y Alavés (1-5). Justo lo contrario a lo que sucede con su rival. El Espanyol ha hecho pleno de victorias en Cornellà, pero lejos de él sólo ha rascado un punto en Balaídos.
Si el reto del Rayo pasa por ganar para escapar del descenso, el del Espanyol no se queda atrás: un triunfo le permitiría dormir con los mismos puntos que Barça y Madrid. Dos situaciones antagónicas, pero una propuesta futbolística semejante. Ambos equipos quieren el balón. Eso sí, los pericos se han mostrado sólidos atrás y han recibido cuatro goles en seis jornadas. Precisamente, ese ha sido uno de los problemas de los madrileños en el inicio liguero, en el que han encajado una media de 2,4 tantos por partido.
Míchel esconderá sus cartas hasta hoy mismo, pero ha confirmado que hará retoques. La medular y las alas son las demarcaciones susceptibles de cambios, después de esta maratón de tres choques en menos de una semana. Rubi, por su parte, apostará por Borja Iglesias en el once, donde no estará David López, aún con molestias. Sí llega Leo Baptistao (superados sus problemas en el tobillo), que tendrá minutos en la que fuera su casa.