Más sombra que luces... de Navidad

No me acaba de enganchar esta serie. El juego de tronos (o más bien, de egos) que protagonizan Mouriño y Caballero ya me aburre. Al principio, se presentaba como una batalla épica. Pero la trama se ha encriptado y yo ya sólo aprecio un bucle incansable. Un déjà vu constante. La última ‘novedad’ es que Mouriño amenaza con judicializar el caso. Sólo pienso verlo si el juicio es por combate. Y para hacerlo más vistoso, en un ring adornado con luces de Navidad. Eso sí que sería el no va más. Le sugiero a los guionistas que, cuanto menos, se lo piensen.

No sé si soy ingenuo o raro, pero esperaba que ayer Mouriño hablara de fútbol. Me hubiera gustado escucharle opinar con énfasis sobre el proyecto de Mohamed, que utilizara el látigo con el que fustiga a Caballero para advertir a Emre Mor, que hiciera autocrítica sobre la política del club en cuanto a la masa social. El celtismo decrece cada año. Y ese sí me parece un tema realmente preocupante. Más que la situación de Balaídos. Porque a este paso incluso le va a servir el estadio proyectado para la ciudad deportiva de Mos, que tendrá una capacidad para 4.000 personas. Señor Mouriño, piense en cómo enganchar al celtismo, cómo seguir haciendo crecer al Celta, cómo lograr un título. Y Señor Caballero, no apague la luz de Balaídos. Arreglen sus diferencias.