Assassin’s Creed Odyssey: un viaje a la Grecia de Sócrates
La nueva aventura se ambienta en plena guerra del Peloponeso
Con apenas un año de diferencia sobre el anterior capítulo de la saga (Origins) sale al mercado una nueva entrega de la saga Assassin’s Creed. Esta vez la acción se sitúa en la Grecia clásica, unos cuatro siglos antes de la creación de la Hermandad de los Asesinos.
Aunque en apariencia el juego es continuista respecto al espléndido Origins, Ubisoft ha introducido muchas novedades tanto en lo narrativo como en las mecánicas de juego.
Cada decisión cuenta. En Odyssey el usuario va a tener que tomar constantemente decisiones que afectan al devenir de la historia, de tal forma que se abren varios finales posibles en función de qué se ha ido escogiendo en cada momento. Esto se efectúa bien por los diálogos, que por primera vez son activos, bien por las misiones.
Combate naval y a pie. La situación geográfica de Grecia ha obligado a retomar los combates navales que tan buena sensación dejaron en el Black Flag, solo que ahora se podrán reforzar los navíos con tripulantes especializados y mejoras. En tierra se ha desterrado casi por completo el combate a caballo y se ha eliminado el uso de escudos, lo que obliga a combates más táctico. Además la IA se ajusta en función del nivel protagonista, consiguiendo evitar peleas excesivamente fáciles.
Muchas horas de juego. Al ser un título de mundo abierto, la aventura necesita de bastantes horas para ser finalizada. Hay una trama principal con muchas misiones secundarias que se entrelazan con ella. También hay infinidad de tareas disponibles, así como 40 objetivos de una secta que habrá que eliminar.
Una delicia visual. Odyssey es un viaje a la Grecia de Sócrates, donde el protagonista visita polis y escenarios reconocibles, además de encontrarse con personajes históricos. Visualmente es espectacular y abrumador.