El Barcelona ha vuelto y es líder en solitario
Abrumó al Madrid en el último cuarto con Kyle Kuric de ejecutor
El Barça celebró a lo grande su triunfo ante el Madrid en un Palau en ebullición. Se ve de nuevo arriba. Colapsó a los blancos (69 tantos, su anotación más baja), dominó el rebote y demarró con un gran Kuric: 11 de sus 16 puntos en el cuarto final.
Necesitaba el Barça una victoria así, catártica, que le purificara y elevara su autoestima después de dos temporadas muy duras. Que le dijera que va por el buen camino, que puede tumbar al campeón de Europa. Un triunfo que tiene más de motivador que de trascendente, aunque le deje líder en solitario con el average muy de su lado: +17. Por primera vez en 42 años el equipo azulgrana enlaza dos victorias por 17 tantos o más frente al Madrid (94-72 en marzo pasado).
El Barcelona se llevó el gato al agua en un último cuarto fantástico, en el que colapsó en la zona a su “principal enemigo”, como decía Oriola en la previa, y le forzó siete pérdidas demoledoras. El apagón dejó a los blancos en solo diez puntos en ese acto final para un total de 69, su anotación más baja del curso. Claver, Oriola y Seraphin hicieron un gran trabajo atrás, también en el rebote, factor estructural de la fiesta culé (11 capturas ofensivas), y en ataque Kuric fue el brazo ejecutor, con 11 de sus 16 puntos en ese tramo vital. Tomó el relevo de Singleton. La marca local en triples fue de 13 de 26, cosa seria. Las sensaciones resultaron aún más aplastantes que el parcial definitivo: 23-10. Es la tercera derrota madridista de la temporada (18-3), la segunda en ACB, pero por primera vez llegó sin opciones al desenlace.
Aunque la diferencia en el marcador no se desbocó hasta el último cuarto, el Madrid, en realidad, perdió la batalla antes del descanso, en el segundo acto, en cinco minutos en los que pasó de volar a atascarse por completo. Mostró el camino al rival y este lo siguió con determinación. Y no es que el Real se parase cuando se vio nueve arriba (24-33), sino que dejó de acertar con sus lanzamientos y acabó embotado.
La amenaza de revolcón había hecho que el Barça apretara con todo, herido en su orgullo. Los de Laso fallaron tiros cómodos (9 de 27 de tres) y la respuesta culé fue destructora: 15-1. Del 24-33 al 39-34 y, en medio, jaimitada de Randolph para dejar cojo a su equipo: triple errado, falta clara en el rebote, protesta y técnica, la cuarta personal y al banco. Anulado para el resto de la tarde.
Luego Pesic intentó desquiciar a Campazzo, recriminándole no sé qué acción. El base asumía casi todo el peso creador y, en ausencia de Llull, solo descansó 6:23, cuando Prepelic le dio un relevo. Pero más tarde, en pleno bache, no hubo referentes que surgieran en su ayuda y se perdió como el resto. El Barça se ve de nuevo arriba y lo celebró a lo grande con su gente. Desafía al Madrid.
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