PRESIDENTE DESDE 2016
tiene que ver con ser igual que otras culturas sino hacer bien las cosas. CONMEBOL necesita hacer las cosas bien y parecerse a la NBA, la Fórmula 1, la UEFA, la FIFA... Era una organización que se había olvidado del fútbol y estamos enfocados en desarrollar el fútbol de Sudamérica. El hecho de jugar en Madrid es una excepción. El año que viene se va a jugar en Santiago de Chile, a final única.
—Ese hecho de pasar de finales dobles a partidos únicos también parece que tenga a la Champions League como espejo...
—Esa es una conclusión simplista. Tener finales a ida y vuelta hace que la organización sea visitante dos veces y no tengamos el control. El próximo año, teniendo finales únicas, todo va a depender de la CONMEBOL en la organización: seguridad, logística... Las finales únicas también nos van a permitir mostrar espectáculos deportivos en ciudades muy importantes, por ejemplo Santiago. Es una oportunidad histórica.
—¿Entiende la postura de los argentinos diciendo que les han arrebatado la final? —La Copa se va a jugar entre Boca y River y River y Boca. Ambos clubes tuvieron la oportunidad de jugar la final en sus estadios. De hecho se jugó la ida en la Bombonera y se iba a jugar la vuelta en el Monumental. Mi idea es que fuera en Argentina, pero lamentablemente se dieron hechos que no daban la garantía para que el partido se juegue allí. Pero esto es una excepción.
—¿Cómo recuerda el momento del ataque al autobús de Boca? —Actuamos con responsabilidad, tratando de entender todas las variables y pensando en la salud de los jugadores y en la seguridad de todo el público que estaba en el estadio. —¿Tuvo miedo? —Hubo un ambiente de hostilidad, Alejandro Domínguez, de 46 años, nació en Asunción (Paraguay). En 1995 se graduó en Economía en la Universidad de Kansas y después estudió un Máster en Administración de Empresas en la Universidad Católica de Asunción. Se enfocó en la comunicación, siendo gerente del Diario La Nación y fundando Diario Crónica y la radio AM 970. Además, fue directivo del club paraguayo Olimpia. Llegó a la presidencia de la CONMEBOL en 2016, después de que la organización del fútbol sudamericano fuese salpicada por el FIFA Gate. pero yo en ese momento tenía la mente enfocada en resolver el problema. —¿Pensó en ese momento cómo estaría quedando la imagen del fútbol sudamericano?
—Uno piensa en ese momento en las cosas más importantes: la salud de los jugadores y la seguridad del público, esos 65.000 espectadores que había dentro del estadio. Al día siguiente ya empezamos a pensar si era posible disputar el partido en Buenos Aires porque se acercaba el G20 y estábamos bloqueados en cuanto a calendario en la ciudad. Finalmente pensamos que Madrid conjugaba con esa neutralidad que dicta el reglamento para estos casos. —¿No cree que sea injusto que por 50 personas haya pagado todo un equipo como River y todo un país como Argentina?
—No creo que sean 50 personas. Hay más gente que ama el fútbol y disfruta de la que trata de empañar el espectáculo, pero éstos no son 50 personas solo. Lamentablemente la violencia no es algo que amenaza exclusivamente al fútbol en Sudamérica, pasa en todo el mundo. Constantemente se están tratando de replicar comportamientos inadecuados en el fútbol, pero hay que tomar medidas. Esta es una de ellas.
—¿Las barras están inmersas dentro de los propios clubes en Sudamérica?
—Es un tema que hay que asumir con responsabilidad y al que hay que poner punto final. Si lo que queremos es profesionalizar el fútbol y dar más oportunidad a más deportistas, hay que entender que el fútbol se resuelve con goles, no con violencia.
—Por último, ¿es equiparable a nivel global un Boca-River con un Madrid-Barça?
—Son dos espectáculos distintos, pero nada replica a un Boca-River.
—¿Nada?
—No, nada.
Futuro CONMEBOL jamás se europeizará. La próxima final será en Chile”