“El árbitro debió mirar la mano en el VAR” Míchel

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¿Es justo o no el 2-3? —Injusto. Primero queríamos dar la cara tras el 0-2. Hay que felicitar al equipo y a la afición, empatarle a un todopoderoso como el Atleti tiene mérito. Hay otra mano y el árbitro pudo mirarla. —¿Qué le decían al árbitro? —No le reprochamos, pero queríamos que la viera en el VAR. En la primera fue y les benefició a ellos, ¿por qué luego no? Se ve que desde arriba lo tenían claro. —¿Sentó mal el baile de Griezmann tras los goles?

—Es una celebración cualquiera, pero se podía haber ido un poco más escorado, no en el punto de penalti. Estamos enfadados y puede dar lugar a un poco de furia.

Partido con todos los condicionantes para ser el típico que queda grabado en la temporada como el accidente de Valladolid. Porque, después de irse con un exagerado 0-2 al descanso, pensábamos que con esa ventaja el Atlético iba a tener el control. Nada más lejos de la realidad. Los del Cholo siguieron demostrando una vulnerabilidad desconocida en centros laterales, rechaces, duelos laterales y un Oblak con problemas en las salidas. Llegó el empate merecido de un extraordinario Valladolid, que de la mano de Sergio demostró una vez más ante un grande lo bien currado que está.

El Atlético no supo tapar la hemorragia en la banda derecha. Las dudas al salir dejaban en tierra de nadie a Correa y Arias, que se veían desbordados cuando Calero salía con la pelota y junto a Toni Villa y Nacho les hacían un tres contra dos. Intentó el Cholo subsanarlo poniendo a Saúl en el medio intentando ayudar a incomodar al central, pero ni así el equipo se reponía. Fueron minutos en los que eché en falta a Thomas para compensar más al equipo.

Estaba el Atlético saliéndose de la curva cuando saltó el airbag Griezmann. El francés reconoció tras el partido que está notando el gran desgaste de los encuentros y del Mundial y, a pesar de ello, de nuevo fue determinante. Su pase con caño a Calero, el penalti a la escuadra y su acción prodigiosa a la hora de leer el tercer gol cuando se salió con dos pasitos del fuera de juego para, de primera con empeine, ponerla imposible para Masip. Fue Griezmann, en un partido para olvidar, el airbag que salvó al Atlético de un golpazo de los que hacen daño.