Balón parado y polémica
Los dos primeros goles coruñeses, en fuera de juego
El Deportivo, después de dos empates consecutivos, volvió a ganar para escalar hasta la segunda posición y sentarse en plaza de ascenso directo. Los coruñeses se impusieron en un partido marcado por la polémica y el balón parado a un Zaragoza que sigue en descenso por tercera semana consecutiva, lleno de dudas y con un entrenador, Lucas Alcaraz, que puede quedarse sin comer el turrón.
La noche arrancó con alguna sorpresa, como ver a Lucas Alcaraz regresar al sistema de tres centrales o a Natxo apostando por Pedro. Más normal fue ver al Deportivo adelantarse muy pronto en Riazor, algo habitual en los últimos encuentros. El matador fue Borja Valle, que desde que ha vuelto no perdona ni una. Eso sí, pese al despiste de la defensa maña el tanto no debió subir al marcador, ya que el berciano estaba en fuera de juego cuando Pedro sacó la falta. El protagonismo arbitral siguió latente, esta vez al pitar penalti en el área coruñesa por una clara mano de Vicente que Javi Ros transformó con seguridad. Y en medio de este loco inicio había un partido, y en él estaba mandando un Zaragoza mejor plantado que descolocaba una y otra vez al Deportivo con sus continuos cambios de juego.
Poco a poco los coruñeses recuperaron en control y volvieron a pegar a balón parado. Otra falta de Pedro, posición al límite esta vez de Domingos Duarte, y cabezazo a placer del portugués a la media hora. Y como no, más trabajo para el colegiado antes del descanso. En esta ocasión fue un penalti de Lasure sobre Expósito, esta vez claro. Quique, que llevaba cuatro partidos de sequía, no perdonó. Tranquilidad local mientras que el Zaragoza se iba al vestuario preguntándose por qué no hay VAR en Segunda.
Las malas noticias para los maños siguieron tras el descanso porque Cristian Álvarez, lesionado, se quedó en el vestuario. Con todo en contra Alcaraz dio entrada a James y Pombo para cambiar el sistema y pasar a defensa de cuatro. La única duda de Riazor era el recuerdo del Numancia, que rascó un empate tras terminar 2-0 el primer acto. Y enfrente había un equipo con voluntad, pero que no está donde está por casualidad. El Zaragoza ponía las ganas y los blanquiazules las oportunidades en busca del cuarto para cerrar la noche. No llegó, pero tampoco un peligro real que hiciese poner en peligro una victoria que se fraguó con estrategia y… polémica.
Penaltis El colegiado sí acertó en las dos penas máximas que señaló