Más allá de un arbitraje vergonzante

El Zaragoza de Lucas Alcaraz continúa cayendo cada vez más bajo. También perdió en Riazor y ya es antepenúltimo, adelantado, incluso, por el Reus. Esta vez hay que hablar del árbitro y de su noche escandalosa, pero una mirada más reflexiva obliga a examinar en su conjunto la hoja de servicios de Alcaraz y ésta no se sostiene ya por ningún lado: un triunfo, dos empates y cinco derrotas. O lo que es lo mismo, cinco puntos de 24. Y Pombo en el banquillo...

Pero vayamos con el árbitro. El Zaragoza padeció en Riazor un arbitraje escandaloso, que le perjudicó de principio a fin. A saber: Pulido Santana no señaló un claro penalti sobre Benito en el 8’, un minuto después dio validez, a instancias de su juez de línea, al primer gol del Deportivo en flagrante fuera de juego, y cerró el círculo al conceder el segundo gol local, también en orsay. Sólo acertó al decretar penalti en la mano de Vicente Gómez que propició el momentáneo empate a uno, y en el claro derribo de Lasure a Expósito que significó el 3-1. Pero antes, y eso es lo grave, se había pasado del posible 0-2 al 2-1.

La segunda parte ya fue toda un quiero y no puedo del Zaragoza. Con dos goles en contra y frente a un rival superior, la reacción fue imposible. Veremos qué pasa ahora con Alcaraz, pero la situación es ya insostenible a un partido del parón navideño.