Rahm “Me tomé como misión impulsar el golf español”

El golfista de Barrika está en su tierra, como en cada Navidad, siguiendo una apretada agenda, con múltiples homenajes. Ayer acudió a Meaztegi, en Ortuella (Bizkaia), para hacer las delicias de 81 niños que le adoran.

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Une su nombre al de Seve gracias a una asociación benéfica. A su ídolo, con el que tiene cierta semejanza. —Es todo un honor. Es mi referente deportivo, siempre lo ha sido. Me alegra que diga que tengo semejanzas, pero me falta mucho por crecer. Que podamos apoyar el mundo de golf me llena de orgullo. Me tomé como misión impulsar el futuro del golf español. Ojalá sea así. —Los niños ya le admiran. —Espero que sigan creciendo y vengan muchos más Rahms. —Alguno sueña con seguir su ejemplo.

—Eso no es malo, no es fácil. Si lo anhelan, alguno seguro que lo consigue. Más de uno tendrá el don, las ganas y la dedicación para llegar lejos. —¿Cómo vivió su estreno en la Ryder? —La Ryder es otro mundo. Tenía el peso de la historia y viví el momento más especial en un campo de golf. En el último putt alguien gritó “¡Viva Seve!”, y fue un momento para la eternidad. —¿Qué le dijo a Tiger tras ganarle su partido en individuales?

—Le pedí perdón. No por ganarle sino por mi celebración, no me di cuenta de que me estaba esperando. Me contestó que me lo había merecido, ese momento era algo con lo que había soñado muchos años, empecé a llorar.

—Después ganó su torneo. —Es un tigre pero yo trato de pelear de igual a igual. No sé si me ha cogido manía, hay respeto mutuo.

—¿Se ve reflejado en Tiger y Seve?

—Con Seve es más difícil, por tratarse de otra época, es muy diferente a lo que es el golf ahora. Si llego a ganar los mismos grandes que él, estaría muy satisfecho, sobre todo tres Open Británicos. Ellos dos y Olazabal son tres referentes. —Siempre soñó con la Ryder. —Tenía la Ryder en mente desde hace tiempo.

—¿Qué tal le acogieron? —Creas una relación de casi hermanos.

—¿Qué sintió al ir al ‘tee’ del uno?

—El corazón se te sale del pecho, en mi vida lo había sentido de tal manera, yo era el último del grupo. Te tiembla todo. En el swing de prueba no sentía el palo. Me di cuenta del silencio y prefería el ruido, la mente la tenía en otro lado, no en el golpe. Vi la bola volar y ni me enteré de que le había dado.

—¿Y el ambiente?

—Es único. Diez mil personas en el tee del uno. El domingo hice tanto trabajo mental para estar preparado que fue diferente, salí más calmado. —Esta temporada le ha servido para madurar.

—Cuando terminé en Bahamas pensé que la palabra clave de este año es madurez, he ganado mucho más como persona que en el campo de golf. —¿Nota que las grandes figuras le tienen ya mucho respeto?

—Me pongo yo más presión de la que me pueda meter nadie. Que todo el país esté pendiente de ti te anima.

—¿Se ve ya en la rampa para ganar un ‘major’?

—Ganar es el objetivo, siempre lo ha sido.

—Estará en España este año…

—Soy defensor del Open de España y quiero jugar, por supuesto.

—¿Objetivos?

—No voy a compartirlo. Lo voy a mantener en el grupo de trabajo que tenemos. Si quiere, puede ir al hotel, allí tengo un cuaderno en la mochila con las metas.

—El Open de España ilusiona. —Lo he ganado desde cadete y tenía ganas de hacerlo como profesional. Es el más difícil de ganar como profesional, no por el campo sino porque tienes que compaginarlo con las ganas de 50.000 personas, más las que tenía yo. Cada vez que iba de un green a un tee… nunca había tenido un apoyo tan fuerte, fue una experiencia nueva en mi mundo, acabé mentalmente destrozado.

España “Que un país entero esté pendiente de ti te anima”