Muguruza-Sumyk: el dúo tormentoso sigue en 2019
Garbiñe arrancó como acabó, con derrota en Hawái
Garbiñe Muguruza comenzó la nueva temporada como acabó la pasada, con una derrota. Cayó en la exhibición de Hawái contra Eugenie Bouchard, una estrella venida a menos (87ª) que a sus 24 años intenta volver a tomar vuelo. La canadiense la derrotó por 7-5 y 6-2. La española había jugado su último partido en Zhuhai ante la china Wang el 3 de noviembre. Un choque en el que Sam Sumyk la mandó a paseo cuando intentó calmarla en pista. “¡Que te jodan!”, le espetó el técnico francés. Fue el enésimo episodio de desencuentro público entre ambos (el coaching en el circuito WTA está permitido en pista con cámaras y micros de testigo), que en cualquier otro caso hubiera desembocado en una ruptura profesional.
Sin embargo, Sumyk volverá a ser el entrenador de Garbiñe en un curso crucial para ella, pues tras haber ganado Roland Garros (2016), Wimbledon (2017) y alcanzado el número uno, cerró la temporada en la 18ª plaza. Una decisión incomprensible cuando desde muchos ángulos se reclamaba un volantazo en su dirección técnica, que alcanzó un punto volcánico en Zhuhai del que parecía no haber retorno posible.
Bouchard ganó a la española, que no deja al francés pese a sus broncas
Sumyk es un entrenador de prestigio que ha trabajado con Azarenka o Zvonareva y que llegó al equipo de Muguruza impuesto por IMG, la potente agencia de representación, después de que la tenista de Caracas alcanzara la final de Wimbledon en 2015. Conchita Martínez ha cubierto en los tres años dos ausencias del bretón por razones personales, pero Muguruza no se decidió a darle el mando. El galo está casado y tiene dos hijos con Meilen Tu, una extenista estadounidense que sigue en el circuito, ahora como agente de Caroline Garcia o Shuai Zhang y a quien Sumyk también entrenó para después acabar siendo su pareja.
Muguruza inició la pretemporada en Ginebra (donde reside) y ya se la vio con Sumyk en la academia de Ricardo Piatti en Italia, donde acudieron a buscar consejos del ex de Djokovic o Raonic. Después, siguieron los entrenamientos en California, donde reside el francés. Nadie, salvo ellos, sabe por qué sigue su extraña relación, que en la pista no da frutos últimamente.