Moreno-Pavón: diez años de milagros en el Leganés
El matrimonio compró el club a punto de desaparecer
Una década desde que llegaron al Leganés. En la piel de Felipe Moreno, dueño del Leganés, y Victoria Pavón, presidenta del club (son matrimonio), significan más arrugas de las esperadas. Las ha dibujado el estrés de forjar un milagro. Su obra al frente del club madrileño sólo se puede valorar así: milagro. Lo compraron en 2008 cuando las deudas amenazaban con su desaparición en Segunda B.
Fue una adquisición vertiginosa, en menos de una semana. Se cerró el 24 de diciembre. “Nada más llegar puse 500.000 euros para pagar las nóminas que se debían”, cuenta Felipe. “No éramos conscientes de qué suponía aquello”, confiesa Victoria. A ella la compra la pilló a contrapié. “Después del fallecimiento de mi madre lo dejé todo. Sólo quería dedicarme a mi familia. Me duró un año el relax. El Leganés no era una prioridad o una ambición. Surgió en mi vida”, admite.
Los comienzos fueron duros. “Tuvimos que pagar hasta 3,3 millones de nuestro bolsillo”, relata Felipe. El ascenso a Segunda de 2014 frenó tanto desgaste. “El club empezó a generar recursos propios”, explica Victoria. Pasaron cinco años y medio de austeridad y sacrificio con un (casi) descenso a Tercera para lograr un cambio de categoría con un nombre propio. Asier Garitano lideró el hito. Luego repitió gesta con el ascenso a Primera. “Le han nombrado hijo adoptivo, pero le tendrían que haber dado medio pueblo”, bromea Felipe.
Ya en la élite “más que un club, hemos sido una empresa de obras”, afirma Victoria para describir el frenesí de construir, en 30 meses, una ciudad deportiva de la nada y dar a Butarque dos lavados de cara. Sin ofertas formales para vender el club, miran al futuro sabedores de que algún día se irán. ¿Cuándo? “Por lo menos nos quedan cinco años más… luego, ya veremos”, concluye Felipe.
Inicios El primer día tuvieron que poner 500.000€ para pagar las nómimas