Marcelo, señalado
Los dos goles del Villarreal, errores suyos ● Fallos graves en la Supercopa, Pizjuán, Girona... ● Solari tampoco se atreve a sentarlo
La pasividad y los despistes defensivos de Marcelo siguen costándole goles (y puntos) al Madrid. En el Estadio de la Cerámica los dos goles del Villarreal (2-2) fueron producto de errores suyos en la cobertura de su parcela. Con Marcelo llueve sobre mojado. Esta temporada sus fallos graves causaron problemas a Lopetegui (en la Supercopa de Europa, el Pizjuán...) y también a Solari, como en el 0-3 del CSKA o el encuentro del pasado jueves ante el Submarino.
En el Estadio de la Cerámica se vio al Marcelo menos preocupado por recuperar su posición defensiva. El mapa de calor (imagen de la derecha) demuestra que estuvo más tiempo en el campo rival que en el propio. No es casualidad. Sus recuperaciones de balón han bajado este curso de 6 por cada 90 minutos jugados a 4,8 (4,4 en Liga). Contra el Villarreal, sólo un robo...
Una actitud despreocupada la de Marcelo con la que salió prácticamente desde el vestuario. La primera gran ocasión del Villarreal, en el minuto 2, fue por un despiste en el que Chukwueze le gana fácilmente el espacio y sólo un paradón de Courtois evitó el gol. Fue el preludio de la retahíla de ocasiones en las que el nigeriano se dio un festín a costa de Marcelo. La diagonal con la que Chukwueze genera dos minutos después el primer gol del Villarreal, de Cazorla, se gesta en una defensa distraída del brasileño. La misma por la que no tapó al asturiano en su segundo gol...
Le estudian. En RealMadrid TV, el pasado 5 de septiembre, Marcelo aseguraba estudiar sus partidos. “Me los pongo para ver dónde he fallado y no cometer los mismos errores”, explicó, antes de dejar dejó un apunte con miga: “Para atacar hoy en día debes improvisar porque la gente te estudia y si no, estás muerto...”.
Los entrenadores rivales estudian cómo pararle, pero también invierten cada vez más tiempo en cómo hacerle daño en defensa. Le buscan. Uno de los primeros en mostrárselo al resto fue Machín. Lo hizo la temporada pasada con el Girona en Montilivi (2-1) y esta, ya en el Sevilla, en el 3-0 del Pizjuán. Míchel, el técnico del Rayo (1-0 en el Bernabéu), modificó su pizarra habitual cambiando al peruano Advíncula (uno de los futbolistas más rápidos de LaLiga) de lateral a extremo para intentar explotar la espalda de Marcelo.
Con todo, a Marcelo (segundo capitán y representado por el hermano de Sergio Ramos, René) no se le cae el estatus de indiscutible pese a su rutina de empezar la temporada con exceso de peso. Lopetegui intentó darle un toque de atención en Girona, sustituyéndole en el minuto 60, y el lateral respondió yéndose al banquillo con mala cara. “Me ha sorprendido el cambio”, confesó después. Solari aún no se ha atrevido a sentarlo pese a su bajo rendimiento. Ni la presión del buen hacer de Reguilón, más concentrado atrás (pierde 14,3 balones frente a los 18,1 del brasileño), ha surtido efecto. Marcelo, señalado, parece intocable...
Pasivo Recupera menos balones y ante el Villarreal, sólo un robo