El Zaragoza acaba con su maldición en el Ángel Carro
Noche formidable de Cristian y remontada en diez minutos
El Real Zaragoza puso fin a su maldición en el Ángel Carro y consiguió una importantísima victoria que le aleja casi definitivamente del descenso. El equipo de Víctor Fernández necesita siempre de media docena de oportunidades para ganar un partido, pero tiene un portero formidable. Un portero que es un tesoro. Cristian Álvarez lo sostuvo en los momentos de máxima dificultad y luego entre Linares y Guitián remontaron en diez minutos pletóricos el gol inicial del Lugo. No conviene ahora lanzar las campanas al vuelo, pero quizá sea el momento de levantar la cabeza y encender las luces largas.
El Zaragoza salió como un tiro, con personalidad y ambición, y disfrutó de dos grandes ocasiones antes del primer cuarto de hora: en la primera, Álvaro Vázquez no acertó junto al segundo palo con un gran centro de Benito desde la derecha, y en la segunda, otra vez el ‘9’, mandó a las nubes desde el punto de penalti el rechace de un derechazo de Pombo al poste desde fuera del área. Aquí pudo haberse decantado ya el partido para el Zaragoza, pero fue el Lugo el que se adelantó en el marcador, después de haber amenazado con un par de remates. A los 25 minutos, Guitián, muy desafortunado, agarró a Lazo en plena carrera y, aunque éste no llegó a caer, el árbitro decretó penalti sin dudar. Y esta vez Cristian Álvarez, el parapenaltis del Zaragoza, no logró aumentar su leyenda ante un especialista como Pita.
Y aún pudo ser peor para el equipo aragonés, porque apenas dos minutos después el portero argentino tuvo que lucirse para salvar el 2-0 ante Toni Martínez, después de un error de Nieto, muy exigido por Iriome.
El Zaragoza se rehizo de este pasaje de extrema debilidad defensiva y en el último minuto de la primera parte pudo haber devuelto el partido a su inicio, pero Álvaro Vázquez, en noche negra, mandó fuera un penalti que le había cometido José Carlos, y al que Pulido Santana le perdonó la tarjeta roja.
La segunda parte se inauguró con otro derechazo de Pombo al poste, en la que fue la quinta oportunidad del Zaragoza que se fue al limbo. Demasiado perdón, pero nada nuevo bajo el sol. Nada que no se haya repetido en este comienzo de 2019.
A media hora del final, Víctor Fernández prescindió de Zapater, se jugó la baza de Linares y la apuesta le salió redonda. Fue salir y besar el santo. Fue salir y demostrar su condición de goleador, al resolver como un verdadero oportunista una gran combinación entre Eguaras y Benito. Fue su primer gol con la camiseta del Zaragoza y Linares lo cantó con el alma.
El Lugo no acusó el mazazo y tuvo una respuesta inmediata. Una respuesta que conjuró Cristian Álvarez con una parada inverosímil ante el recién ingresado Manu Barreiro, minutos después de que el Ángel Carro pidiera penalti de Benito a Campadabal en una acción muy confusa.
Pero el Zaragoza ya estaba desbocado hacia la victoria y en el minuto 72 Guitián se enmendó de todos sus pecados de la primera parte y remató en boca de gol un taconazo de Aguirre, tras un cabezazo de Linares, que está justificando por todo lo alto su contratación.