Caso Bale: último capítulo en la guerra Madrid-Tebas
El club blanco piensa que LaLiga les persigue
Dicho cántico fue secundado por algunos otros aficionados desde diferentes sectores, sin poder determinar el número”.
Ese mismo día, LaLiga emitía otro comunicado en el que anunciaba su intención de trasladar, a partir de entonces, “al Comité de Competición de la RFEF las actuaciones contrarias a la dignidad y decoro deportivos que, en particular, provoquen la animosidad del público”. Y añadía: “Simulaciones claras o celebraciones de goles ofensivas (...),que no son reflejadas en el acta arbitral y que pueden generar crispación o que son contrarias al buen orden deportivo, siempre han sido rechazadas por parte de esta Liga, que no dudará, a partir de ahora, en dar traslado de las mismas al Comité de Competición para que depure las responsabilidades oportunas”. En esta segunda nota no se mencionaba a Piqué, pero sí se hacía referencia a los artículos del Código Disciplinario (89, 100, 122, 93 y 121) relativos a castigos por conductas de este tipo.
Competición, pese a la tibieza de la denuncia, abrió información reservada y archivó el caso poco después aduciendo que la acción no fue reflejada en el acta del colegiado y recordando que “el árbitro es la autoridad deportiva única e inapelable, en el orden técnico, para dirigir los partidos”.
El 20 de febrero del mismo año, LaLiga denunció, esta vez explícitamente, al zaragocista Borja Iglesias. Al marcar el segundo gol de su equipo ante el Nástic, según el comunicado de la patronal, el futbolista “se dirige hacia la grada situada tras la portería, donde se ubican aficionados locales, colocándose su dedo índice sobre sus labios, en señal de silencio”. Competición volvió a abrir una información reservada sobre el caso. El colegiado respondió que no apreció ningún gesto ofensivo de Borja Iglesias y no hubo sanción.
En esta ocasión, LaLiga sí se refirió explícitamente a Borja Iglesias y detalló, en los mismos términos que en el caso de Bale, a qué debía atenerse el jugador en función de si se provocaba la animosidad del público. “Si se produce, se sancionará al infractor con suspensión de cuatro a doce partidos; si no se obtiene la animosidad del público, la suspensión será de uno a tres partidos o por tiempo de hasta un mes”. Desde entonces y hasta el caso de Bale no habido más denuncias contra jugadores.
Resolución El Comité archivó las denuncias y se remitió a las actas arbitrales
La guerra entre Javier Tebas y el Real Madrid vive un nuevo capítulo: el Caso Bale. LaLiga, presidida por el propio Tebas, denunció el miércoles ante el Comité de Competición de la Federación el corte de mangas que Bale hizo a los aficionados del Atleti el pasado sábado en el Metropolitano. Lo hizo cinco días después del suceso. El Atlético, el VAR y el árbitro del partido no dijeron nada. El Madrid empieza a sospechar de Tebas y se agarra a que no es la primera vez que atenta contra la entidad blanca de forma pública.
El primer choque entre Florentino y Tebas llegó tras el partido de Liga entre el Madrid y la Real Sociedad (6 de enero). Esa noche, en la derrota del Madrid en el Bernabéu, aún se recuerda un posible penalti de Rulli a Vinicius. Desde el VAR le comunicaron a Munuera Montero el ya famoso “Todo OK, José Luis”. Días más tarde, Luis Rubiales, presidente de la Federación, admitió en la SER que Florentino le llamó aquel mismo día, algo que no gustó a Tebas. “Me parece que hay excesivos comentarios de dirigentes sobre el tema del VAR. El Madrid y la Federación abrieron la veda para hablar sobre esto”, afirmó el presidente de LaLiga.
Otro capítulo de esta guerra se produjo cuando el Consejo de Ministros aprobó el Anteproyecto de la Ley del Deporte. Tebas acusó directamente a Florentino y a Rubiales de influir en el último borrador, que actualiza una Ley de 1990. “Hay artículos que claramente están hechos para defender al Real Madrid y beneficiarles. Está condicionado, sin duda, por la Federación de Fútbol”.
El último enfrentamiento surgió cuando se dieron a conocer los horarios de Liga de las jornadas previas a los dos Clásicos de Copa. El club blanco se molestó porque pensaban (y piensan) que esto les perjudicaría en su preparación: el Barcelona tendrá un total de casi 55 horas más de descanso que los madridistas...
Motivos Ya chocaron por la Ley del Deporte, por el uso del VAR y por el calendario