Celta y Levante afrontan una final con mucho ruido
Ha sido una semana muy convulsa en Vigo y en Valencia
Mirando a la clasificación y viendo los partidos de la jornada, no se entiendo como es posible que se haya hablado tan poco del encuentro de este mediodía en Vigo y en Valencia. El duelo es clave para la salvación y la mayoría de los rivales directos se enfrentan a la nobleza de LaLiga. Sin embargo, el ruido ha estado esta semana en otros focos bien diferentes.
A orillas del Atlántico se ha hablado mucho estos días de los árbitros, de actos políticos y de lesiones misteriosas. La actuación de González Fuertes en Getafe agitó a los directivos celestes, que sacaron comunicados como si fueran churros. Luego llegó el mitin de Casado en la sede del Celta, lo que provocó indignación entre parte del celtismo y la aparición de pintadas que exigían la marcha de Mouriño. En el cóctel sólo faltaba una pequeña dosis de surrealismo. Y apareció. Aspas no figuró durante toda la semana en el parte médico, pero se ejercitó varios días al margen y, de repente, el moañés desveló sus molestias en un programa de humor de la TVG. Iago entró finalmente en la lista para ejercer de Cid Campeador. Estará en el banquillo para asustar al rival y, si es necesario, salir a ganar la batalla pese a estar entre algodones. Mallo también recibió ayer el alta y hoy portará el brazalete de capitán.
Muchos conflictos. Más de lo mismo ha sucedido en el Mediterráneo. Toño sigue en la cárcel, Jason ha pasado de héroe a villano al conocerse su fichaje por el Valencia para el próximo año y Boateng ya está rumbo a China. Por lo menos Paco López recupera a dos piezas fundamentales como Campaña y Rochina. En definitiva, mucho ruido extradeportivo y pocas nueces en lo importante, la final de hoy.