AS (Galicia)

EL WANDA VIBRÓ CON EL EQUIPO

-

Nada más regresar el partido, Griezmann le enviaba un balón al espacio a Costa, desde 40 metros, para dejarle solo ante Szczesny. Pero aquí el de Lagarto sí acusó la falta de forma, de ritmo, de chispa, y remató fuera. El siguiente aviso del Atleti fue de Grizi, un balón al larguero que cimbreó los cimientos. A la hora, pactado estaba, le pasaría la carroza a Costa para que entrara Morata y Simeone le diera su segundo golpe al partido, el definitivo. Si en la primera parte el Atleti avasalló a la Juve, en esta segunda se la comió. Con mucha épica.

Porque el fútbol es emoción, lo imprevisib­le, eso que escapa a los pronóstico­s, en los tiempos de la tiranía del big data y, aquí, Simeone, el Atleti y el a morir los míos mueren de sus hombres. Acababa de salir El Metropolit­ano acogió su primera eliminator­ia de Champions y lo hizo por todo lo alto. La afición rojiblanca se hizo sentir desde el primer instante y llevó en volandas a los jugadores. El nuevo feudo del Atlético comienza a escribir las primeras páginas de su corta historia. Correa, tercer cambio del Cholo, minuto 67', cuando Morata cabeceó un balón de Filipe para marcarle a la Juve, su ex, e instalar el delirio. Pero el VAR se lo quitó, otra vez, también en Champions. Por falta previa en el salto a Chiellini. El árbitro decidió tras verlo en su pantalla.

No lo acusó el Atleti. Sólo le sirvió para lanzar más fuertes sus golpes y dejar a la Juve noqueada, en la noche más negra de este proyecto con Cristiano. Y el Atleti con el jabón en la bota para darle el baño. Fue en un córner. Cabeceó Morata. Y el balón quedó muerto tras pegar en Mandzukic: una pierna se lanzó a golpearlo con el alma, latiendo sangre charrúa. El balón no había rebasado la línea y el Metropolit­ano ya cantaba gooool. Del Comandante Giménez. Goool, goool, goool. Al marcador, sin VAR, justicia al partido, con el Atleti en la primera gran noche que siempre se le recordará a este Metropolit­ano.

Pero quedaría aún otro, también charrúa, también homenaje, al escudo, su historia: Godín remachó un balón muerto sin ángulo, con roce de Cristiano. Goool, goool, goool, otra vez. La apoteosis de un estadio que perdía la voz a la vez soñando alto. "Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, es la verdad", que decía Sherlock Holmes. Y la verdad es que el Atleti camina a Turín con esta eliminator­ia casi en el bolsillo. La afonía durará días.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain