Y la derrota será siempre colectiva
Tras una excelente Copa del Rey plagada de emoción y grandes partidos, llegamos a la clásica final entre Madrid y Barcelona en la que sólo ellos debieron ser protagonistas, pero desgraciadamente no fue así.
Ocurrió lo inexplicable. Parece que todas las finales nacionales quedan manchadas y salpicadas por la polémica. Los colegiados, movidos probablemente por el remordimiento del error anterior o temiendo la que se les venía encima, cometen el peor de los errores, y pretenden camuflar su clamoroso fallo en la jugada anterior con otro aún mayor si cabe. Esto deja un único perjudicado, el deporte, el baloncesto.
Los árbitros erraron por circunstancias explicables, pero fueron conscientes de que fallaban dándole la canasta al Barcelona, y esto es mucho más grave que lo anterior. Quiero dejar claro que para mí el Barcelona es el justo vencedor de la Copa del Rey. Pero todo esto no justifica de ningún modo que fueran los árbitros los que les entregarán la Copa. Los aficionados deberíamos ser más objetivos y dejar de criticar cada decisión arbitral sólo porque no vaya acorde con nuestros intereses, de lo contrario, la derrota siempre será colectiva.
Adrián Sepúlveda González
Barcelona