AS (Galicia)

Óscar da media salvación al Lega, que es undécimo

Hacía 17 años que los pepineros no le marcaban al Levante

- JAVIER MARTÍN

Oscar es un chiquillo. No entiende de malos farios anclados al calendario. El mediapunta del Leganés tenía apenas tres primaveras la última vez que los pepineros le hicieron un gol al Levante allá por 2002. Habían pasado 17 años cuando ayer enganchó una volea que rompió esta sequía sostenida en el tiempo y perpetuada ahora en Primera División. Su gol fue eso y mucho más. Alquimia de la ilusión para transforma­r un corto 1-0 en un bocado enorme de salvación. Los madrileños flotan ya a 10 puntos de la zona de descenso asidos a su fortín, ése que no cae desde septiembre, y se sitúan a cuatro de Europa.

Se lanzó el Leganés a la yugular de su enemigo nadando en un juego barroco poco habitual por Butarque. Fue quizá jugar en fechas anómalas. Una mutación futbolera de lunes. El caso es que se gustaron los de Pellegrino danzando al compás de la batuta violenta que lleva escondida Óscar en su pierna derecha, capaz de acariciar violines y eyectar obuses, como la falta al larguero bajo la que tembló Butarque en el 5’.

Decidió entonces este menudo chaval que él regiría el partido. Su repertorio era caviar enlatado en cuero sintético. Pases mirando al tendido, regates y asistencia­s. Sinfonía con gol incluido, aunque ahí el mérito fue de Rubén Pérez y su robo al saque de falta de Luna. Controló la bola en la frontal de su propia área y lanzó un ataque frenético hacia la portería del Levante. Carrillo aprovechó el rechace de Aitor, alejado de su área, y la metió allá donde Óscar cazó el 1-0 en el 13’.

El zarpazo de realidad espabiló al Levante, pero se topó con Cuéllar, que sacó a Jason un claro mano a mano. La de Bardhi en el minuto 42, tras ruleta a Siovas, la escupió el palo. El tronar de su embestida aleccionó a la tropa de Paco López, que al poco de la reanudació­n aculó al Leganés en los dominios de Cuéllar con Mayoral convertido en termita con la que agujerear al rival. Curioso fue que su trasero evitase el empate apenas comenzada la segunda parte.

Hubo más hipérboles del desatino: Moses, Morales o Coke marraron. A éste le anularon un gol por falta previa al portero cuando el Levante más mereció un empate que no llegó por culpa de Óscar, ese chiquillo que no entiende de malos farios.

Enfado visitante Los valenciano­s protestaro­n por el gol anulado a Coke

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